Equipo del Hogar del Pescador.
Cocina marinera y arroces frente al mar
Ángeles Ruiz
El Hogar del Pescador, fundado en 1970, es toda una institución en la Vila Joiosa. Bajo la gestión de la familia Devesa Santacreu ha destacado por sus arroces, pescados y mariscos de calidad. Con su traslado, hace ya unos años, desde su antiguo local en la carretera general que atraviesa la Vila, a su nueva ubicación en el Club Náutico, ha experimentado una gran mejoría.
La artífice de que el restaurante vaya camino de lograr la excelencia es su chef, Marta Devesa, que ha heredado toda la energía de su madre (ya jubilada), a quien recordamos oficiando en la sala del antiguo restaurante con sabiduría hostelera. Marta ha vivido el oficio y se ha convertido en una gran cocinera que ama la profesión y la pone en valor sin artificios, sin trampa ni cartón. El conocimiento de la materia prima y la tradición son la base de su saber culinario. Su cocina, sin triples saltos mortales, es sencilla, aunque no simple.
Le acompaña en el negocio Julio Moreno, su marido, que dejó la profesión de bombero para embarcarse en esta aventura. Por su buen hacer parece que lleve toda la vida en ello. Él es quien se encarga de dar instrucciones a la plantilla de sala, de dar la bienvenida al público y de la selección de la materia prima. En esta tarea es muy exigente, tiene sus manías. Como escoger la morralla que servirá de base para el caldo con el que se mojan los arroces, que debe ser pescado de roca gorda; rata, araña, alguna caballa y ni una sola gamba, ni siquiera puede colarse una cabeza de ella, porque a su entender “transformaría el sabor del caldo.” Tuestan este pescado 35 minutos al horno a 270º y después retiran las impurezas. Para la picada sólo utilizan ñora sofrita y cebolla. Consumen el arroz dinamita de Molino Roca. Son uno de los mejores clientes de la marca. El resultado es espectacular. Pocas veces se puede recomendar abiertamente un restaurante para comer arroces y que nunca falle.
El local es un inmenso ventanal que mira a los pantalanes del Club Náutico. No hay nada gastronómicamente comparable con la sensación de contemplar la entada de los barcos de pesca mientras degustas un pescado que hace escasas horas entró por el Posit de la Vila. Se exhibe en un carro a la entrada para que selecciones la pieza que prefieras.
Los mejores días para consumirlo son los martes y los miércoles. El jueves entra el pescado de Ibiza. Ninguno de sus pescados procede de piscifactoría.
En carta encontramos una veintena de arroces. Nuestros preferidos son el de bacalao con coliflor y el de raya con ajos tiernos. El caldero de pescado estilo marinero (32€) está sublime, al estilo de la Vila Joiosa, con col y patatas, suele llevar raya, rata, pargo, gallina (la rotja ibicenca)… luego llega el sabrosísimo arroz elaborado en paella.
Merece la pena probar el guiso de raya con col y el suquet de peix, porque esta casa destaca también en la elaboración de guisos marineros tradicionales. No obstante, la carta tiene opciones para todos los gustos: variadísimo capítulo de aperitivos, pescados y carnes al horno de brasas.
Dispone de un menú degustación (52€). La carta de vinos es interesante y bien estructurada. Un apartado se ha dedicado exclusivamente a los vinos que destacan por ser especiales y otro al vino de Alicante, el Fondillón, nuestra joya enológica. Cuenta con un reservado para 10 personas, otro para 20 y aparcamiento gratuito en el Club Náutico.
A la salida nos topamos de bruces con un almacén o senda de redes. Son un reducto de lo que fue la industria redera en la Vila Joiosa. En 1920 este municipio costero alicantino se convirtió en la primera industria redera del país. Hasta un tercio de su población estaba directa o indirectamente vinculado a este oficio. Sus fábricas eran garantía de calidad. Además de disponer de cualificados maestros rederos y mano de obra, contaba con un valor añadido, el sol, fundamental para el proceso de elaboración de las redes de cáñamo, materia prima de la que podía abastecerse con facilidad gracias a que su cultivo estaba muy desarrollado en la Vega Baja del Segura. Se calcula que entre un 75 y un 80% de las redes de cáñamo empleadas por la flota pesquera española se producían aquí. Hoy una pequeña muestra de ellas descansan tendidas al sol frente al Hogar del Pescador.
Última visita: 18–5‑2024
GALERIA DETALLADA (fotos: Ángeles Ruiz)
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