Pablo Montoro, en cocina.
Una pieza teatral en cuatro actos
Ángeles Ruiz
Si el restaurante Espacio Montoro fuera una obra literaria se trataría de una pequeña pieza teatral donde paisaje, música y arte se entremezclan. Son muchos los cocineros que al referirse a la comida que elaboran y sirven en su restaurante la definen como “una experiencia”, pero la mayoría de las veces esta palabra es muy grandilocuente para definir una simple comida donde la experiencia, si es que la hay, no va más allá de lo palatal.
No es el caso del espacio Montoro, aquí sí se vive una auténtica experiencia llena de sorpresas. En un chalet de 1.000 m², Pablo Montoro, chef experimentado y viajado, montó hace cinco años su restaurante de cocina de autor. La comida es un festival que se desarrolla en cuatro actos situados en espacios distintos que denominan: Black Tech, Hi Line, Cocoon Lab y Geoda verde.
No podemos desvelarlo el inicio para no matar la sorpresa, pero baste decir que tras un paseo por las cocinas y los productos que se utilizarán en nuestro menú, se trabaja el oído y la vista o, más bien, la ausencia de ella. Así, la comida comienza de manera inusual y desconcertante.
A continuación, se pasa a un jardín zen, con pared vegetal, donde nos espera un carro de embutidos y salazones peculiares. En este mismo lugar, en torno a una mesa alta de madera, se sirve una secuencia de pequeños aperitivos acompañados de coctelería: “embutidos vegetales”, “galleta de setas”, “trufa” y “sardina ahumada.”
Seguimos viajando a través del mundo de los sabores, pero esta vez lo hacemos trasladándonos a un espacio sereno, blanco, moderno, aséptico como un quirófano, donde el showcooking es el protagonista: Cebolla, cigala y pomelo; Solomillo madurado y foie flambeado; Bogavante azul y sobrasada; y Emulsión de mar.
Pasamos finalmente al espacio Geoda verde donde, cómodamente sentados en mesa, se sirven doce pases. No les voy a mencionar uno a uno cada plato y sus elaboraciones ya que, como bien saben, en este tipo de cocina intervienen múltiples ingredientes y técnicas distintas. Sí les diré que merece la pena vivir la experiencia porque está bien pensada y cuidada hasta el último detalle. Montoro es un espacio único para una comida especial.
Se puede escoger entre tres opciones: menú Sensaciones (95 €), Sentidos (115 €) o Gran menú Montoro (130 €). Si se desea, cada uno de ellos puede maridarse con una armonía liquida (55 €), (65 €) y (75 €) respectivamente.
A lo largo de todo el recorrido llama la atención la vajilla, exclusiva, cada pieza pensada para la comida que se servirá en ella. También la cubertería, servilletas y cristalería que tienen el sello de Montoro. El personal está en todo momento dispuesto a agradar para conseguir que el comensal disfrute de la estancia en el restaurante sin un solo contratiempo. Mención especial merece la original coctelería de Antonio García García, quien fue también el encargado de guiarnos por la senda de las sensaciones.
Al terminar, visitamos el taller situado en la planta baja del chalet, donde la ceramista Noelia Estévez moldea las piezas que Pablo y ella han ideado.
El chef Pablo Montoro es también empresario. El grupo, que lleva su nombre, incluye catering para celebraciones.
Aunque el Espacio Montoro cuenta ya con reconocimientos y menciones en prestigiosas guías, dada la madurez gastronómica del chef, la propuesta y el entorno, todo hace pensar que lo mejor está por llegar.
Última visita: 7–6‑2024
GALERIA DETALLADA (fotos: Ángeles Ruiz)
Pinchar en las imágenes para verlas ampliadas y en carrusel.