La Comunidad Valenciana es una tierra de sabores, de tradiciones culinarias muy diversas, de productos de primera calidad cuyo disfrute se puede combinar con el descubrimientos de sus pueblos y paisajes.
La Comunidad Valenciana pone las cosas fáciles a la hora de comer y disfrutar a un tiempo. En los últimos años el turismo sostenible que viene desarrollando, altamente profesional y a la vez tremendamente cálido en cuanto al trato que dispensa al visitante, se combina con una oferta gastronómica imbatible, rica en productos de origen y con una imaginación en la cocina que habla de que esta es tierra de artistas.
No es de extrañar que el valor de la gastronomía de la Comunidad Valenciana haya sido reconocido a través de las diversas estrellas Michelin otorgadas a 22 restaurantes y a sus chefs, auténticos embajadores de la cultura valenciana. Visitar sus pueblos con encanto, ya sean del interior o de la costa, y catar la gastronomía local supone un placer para todos los sentidos.
El arroz y la Albufera
Son muchos los productos de esta tierra que han visto reconocida su excelencia con una denominación de origen, pero, sin duda, el arroz de Valencia es el emblema de la ciudad, y, a través de la paella, se ha convertido en referencia de todo un país. Esta fue, históricamente, la primera zona de España donde comenzó a plantarse. Hoy, el arroz de Valencia, un producto con denominación de origen, se cultiva sobre todo en la Albufera, el lago litoral más importante de la península, que tiene la suerte de ser hogar, fijo o de paso, de multitud de aves y que nos regala constantes estampas de una extraordinaria belleza. Visitar la Albufera, contemplar las distintas especies y luego comerse una paella en los alrededores se convierte en toda una experiencia.
La horchata de chufa
Sin abandonar Valencia, es casi obligado saborear una horchata, la bebida de chufa, que se convierte en la excusa perfecta para conocer la huerta norte de la ciudad. La chufa de Valencia, protegida con denominación de origen, no es un fruto seco sino un tubérculo que necesita unas condiciones climáticas muy especiales para su cultivo, lo que provoca que en toda Europa únicamente se cultive aquí. El resultado, tras nueve meses en el campo y un lento secado que se prolonga durante más de tres meses, es una bebida deliciosa, que además es referente de salud, rica en aminoácidos, en minerales y con una gran cantidad de fibra. Pero el territorio de la Comunidad esconde aún muchos más secretos comestibles por descubrir.
La alcachofa
Viajar hasta Benicarló significa entrar en el paraíso de la alcachofa, una alcachofa que cuenta con una denominación de origen desde 1998. Podemos disfrutarla de octubre a junio, y destaca por su forma chata y compacta, su peculiar hoyuelo y por su excelente calidad. Hay fiestas en honor a la alcachofa y multitud de recetas originales que los restaurantes de la zona elaboran con ella.
La granada “mollar”
La Comunidad Valenciana ha sido siempre un pequeño vergel en cuanto al cultivo de frutas se refiere. Prueba de ello es la denominación de origen para la granada “mollar” de Elche, que ampara a 40 municipios de las comarcas alicantinas del Bajo Vinalopó, Alacantí y Vega Baja. Una granada que destaca por su dulzor y que está considerada una de las mejores granadas del mundo.
El “kaki”
Otra fruta con denominación de origen es el caqui, bajo la nomenclatura valenciana “kaki de la Ribera del Xúquer”. Aunque originario de China, era frecuente encontrar árboles de esta fruta de forma aislada en la zona, pero no fue hasta mediados del siglo XX cuando apareció una nueva variedad de caqui autóctona en la Ribera, que supuso una verdadera revolución en el cultivo: la variedad “Rojo Brillante”, también llamada Persimón, que se comercializa tanto a nivel nacional como internacional. Se trata de una fruta dulce, de gran calibre, sin semillas, con un color brillante natural y un sabor delicioso.
Los nísperos
Otra fruta que no puede uno dejar de probar si visita la Comunidad Valenciana es el níspero de Callosa d’en Sarrià, distinguidos con denominación de origen desde 1992. Cultivados en la provincia de Alicante, en la comarca de la Marina Baixa, acercarse hasta esto parajes supone una magnífica ocasión para visitar las pintorescas poblaciones de Guadalest, Altea o Villajoyosa. Los nísperos, de sabor dulce con un ligero toque ácido, son una delicia durante los días de primavera.
La uva de mesa
Y por último, la uva de mesa amparada por el sello “Uva de Mesa Embolsada del Vinalopó”, es una fruta única en el mundo por su particular proceso de maduración, ya que crece protegida bajo un bolso de papel, que hace que conserve intactas sus características hasta llegar a manos del consumidor. La piel de esta uva, de excelente sabor, es mucho más fina.
En definitiva, el producto de origen nos anima a viajar por el territorio valenciano, nos invita a degustarlo, a conocer los secretos de su gastronomía pero también a conocer la influencia que ese producto ejerce en sus paisajes, convirtiéndose así en una de las formas más completas y placenteras de hacer turismo.
Plataforma Experiencias de Turismo CV
Y para los que buscan algo diferente, un turismo con actividades únicas está la plataforma Experiencias Comunidad Valenciana, que reúne un amplio abanico de propuestas de ocio tan sorprendentes como originales. Un turismo a la carta, adaptado a los distintos públicos, y que cada viajero diseña según sus deseos y sus gustos. Puede enfocarse a la gastronomía o combinarse con experiencias de naturaleza, culturales o deportivas pero siempre irá acompañado de intensas emociones.
La plataforma, en contacto directo con las empresas que realizan las actividades, incluye experiencias tan estimulantes como pasar un día en la naturaleza, visitar una granja de ovejas, ver cómo se ordeñan, y fabricar tu propio queso.
O disfrutar de una cata guiada de quesos maridados con vinos del terruño. La experiencia puede combinarse con un agradable crucero por el Júcar.
Varias de las actividades ofertadas proponen compaginar el enoturismo con otras actividades de naturaleza, como por ejemplo hacer una ruta de senderismo y luego una cata de vinos de la zona, con embutidos también típicos de la zona.
Otra de las actividades ofertadas combina el birdwatching (ojeo de pájaros) con el enoturismo. Un maridaje que aúna el respeto a las aves y el respeto de los bodegueros que elaboran sus vinos velando por el medioambiente y la biodiversidad. Y para los más urbanos, se puede combinar una cata de vinos autóctonos con unas tapas típicas en una ciudad como la propia Valencia.
Otra forma de conectar con la naturaleza consiste en realizar tu propio aceite de oliva ecológico. La experiencia incluye un paseo guiado entre olivos para recoger los frutos, llevarlos a la almazara, conocer el proceso de producción y fabricar nuestro propio aceite ecológico, del que nos llevaremos una muestra. Esta experiencia puede combinarse también con una ruta a caballo.
Merece también la pena la experiencia de pasear entre olivos milenarios en el Maestrat, donde se da la mayor densidad de olivos de más de dos mil años, para luego, por supuesto realizar una cata de aceites de la zona. Alrededor del arroz y en concreto de la paella giran también muchas de las experiencias que ofrece la plataforma. Entre ellas, hacer una visita guiada a un jardín mediterráneo de plantas autóctonas en Borbotó, y conocer allí mismo los aperos de labranza tradicionales que utilizaban los agricultores de l’Horta. Visitar un huerto orgánico y recolectar los productos de temporada que utilizaremos luego en la elaboración de la paella. Y por último, asistir a un taller de paellas, donde el cocinero explica los pasos a seguir para cocinar una paella valenciana a leña, respetando los rituales y las costumbres de los valencianos.
Otra propuesta consiste en dar un paseo en barca por la Albufera, visitar una barraca, la casa tradicional de la huerta valenciana y conocer cómo vivían los antiguos habitantes de este ecosistema único. Para finalmente degustar una auténtica paella valenciana con alguna de las variedades de arroz con denominación de origen. También es posible comer una paella navegando a bordo de un velero por la costa valenciana, mientras un chef prepara y sirve el arroz a bordo.
Lo que está garantizado es que todas y cada una de estas experiencias dejarán una marca imborrable en la memoria. La Comunidad Valenciana tiene mucho que ofrecer en cuanto a producto que crece en su tierra, en cuanto a imaginación para transformarlo y llevarlo hasta el plato, en cuanto a hospitalidad para acoger a aquel que se adentre en su territorio.