
Medio siglo de tradición gastronómica en Benimantell
Ángeles Ruiz
Una olleta para resucitar a un muerto y un arroz al horno para entonar un aleluya, son dos de los platos que recomendamos solicitar en Venta la Montaña.
El local está a pie de carretera, en Benimantell, un municipio que forma parte de la Vall de Guadalest, compuesta por pequeños pueblos situados en un entorno de montaña con mucho encanto como Castell de Guadalest, l’Abdet, Benifató, Benimantell, Beniardà o Confrides.

Fachada de la Venta la Montaña.
Estos municipios de la Marina Baixa conservan una gastronomía tradicional, con platos destacables como la olleta de blat (trigo picado). La que nos sirvieron en Venta la Montaña era de cerdo, legumbres y verduras. El caldo estaba espesito, bien trabado, casi de cortar con cuchillo y tenedor. Esta deliciosa olleta, es un plato de cuchara de los que nos transporta directamente a la casa del pueblo y la cocina de la abuela.

Olleta.
Otro de los hitos culinarios de este restaurante es el arroz al horno, que tradicionalmente se preparaba para aprovechar los restos de carne y caldo del cocido. Lo sirven en cazuela de barro con sus garbanzos, patatitas, tomate y morcilla.

Arroz al horno.
Para empezar, nos recomendaron acompañar los aperitivos con el vermut Luis XIV, rojo y aromático, elaborado con vino envejecido en toneles centenarios. Dimos cuenta de unos embutidos tradicionales: blanquet, morcilla y sobrasada a la plancha con miel y ajonjolí. Su sobrasada recuerda a la de Mallorca y no es por casualidad, ya que tiene una historia directamente vinculada a la expulsión de los moriscos de tierras valencianas. La llegada de mallorquines para trabajar las tierras abandonadas trajo consigo sus costumbres gastronómicas. Así, la sobrasada mallorquina se asentó en la vecina Tàrbena, junto al acento balear, el «parlar de sa» y los apellidos Muntaner, Monjó, Jordà, Seguí, Roselló… apellidos que por otra parte se repiten en la zona, ya que la llegada de repobladores mallorquines se produjo por un área geográfica bastante extensa, entre lo que hoy es el norte de la provincia de Alicante y el sur de Valencia.
Otro de los platos con historia que encontramos en Venta la Montaña son los minxos de acelgas y espinacas, elaborado con mezcla de harina de maíz y de trigo, tradicionalmente se preparaban con hierbas bordes y una pizca de salazón. Aquí les dan su toque personal con sobrasada y morcilla y los acompañan con allioli y mermelada de tomate de la empresa El Perolet (antiguos propietarios del Rincón del Olvido).

Minxos.
Estos minxos son de herencia árabe. Antes del descubrimiento de América, ellos trajeron a la comarca una variedad de maíz de tamaño reducido y color negro-azulado. En el ámbito morisco preferían como cereal panificable la dacsa, panizo o panís, que adaptado a la irrigación proporcionaba elevados rendimientos y cosechas regulares. Asimismo, permitía la cocción de pan sin levaduras a bajas temperaturas, por lo que podían elaborarlo en el tannúr, pequeño horno doméstico. Tras la llegada del maíz americano, aspecto que en la Comunidad Valenciana queda datado documentalmente a finales del XVI, se establece una dualidad de cereales. Con el tiempo, el maíz americano, llamado dacsa grossa o dacsa de les Indies y de mayor productividad, desplazará al antiguo panizo.
Volviendo a la Venta la Montaña y llegando ya a los postres, la estrella de la casa es el suflé de caramelo, muy solicitado y de corte afrancesado.
El restaurante cumple 45 años en 2026 con una clientela fidelizada. La gestión estaba a cargo del matrimonio formado por Juani Ferrer Berenguer en cocina y Carlos Núñez en sala. Tras la jubilación de este último, su hijo Carlos y su hija Inma han tomado el relevo en sala. A ellos se ha sumado en cocina Víctor, hijo político.
El local es acogedor, cuenta con dos estancias y chimenea, techos altos, suelo hidráulico y decorado con aperos de labranza, tinajas, lebrillos, balanzas, sinai…

La sala decorada con elementos etnológicos de Venta la Montaña.
La atención en sala es correcta profesional , amable y cercana.
Última visita 8 de febrero de 2025