Medio siglo de cocina marinera con vistas
A.M. Aguirre
El restaurante Ripoll se levanta majestuoso en la roca frente al Club Náutico de Gandía, a espaldas de la escollera del faro. Cuenta con unas vistas impresionantes de los más de 27 kilómetros de playa que discurren desde Gandía hacia Xeraco, Tavernes de la Valldigna y Cullera.
Juanjo Ripoll es el representante moderno de una saga de hosteleros que iniciaron su andadura culinaria en 1962. Con la ayuda de su mujer, Mónica Vivancos, ha mantenido el prestigio de este local emblemático en la comarca de la Safor.
Su clientela, principalmente, es local y autóctona, lo que acredita el atractivo de sus productos tradicionales: los arroces, las fideuás, el pescado o el marisco cercanos. No en vano es uno de los principales compradores de la Lonja de Gandía, aunque también se sirve de la Lonja de Dénia.
Cigalas, gambas rayadas,langostinos de la Lonja de Gandía y carabineros de Dénia a la plancha.
Su abuelo Juan regentaba un merendero cerca del puerto deportivo y servía pescado que él mismo capturaba con su barco. Al modo característico, secaban al sol desde capellanes a pulpos… Era, en definitiva, uno de los pocos establecimientos que existían en la playa y que atendían entonces al creciente turismo de franceses, madrileños y de las localidades de interior.
En 1972 su padre Juan lo trasladó al actual emplazamiento. Y son los hijos de aquel, Álvaro y Juanjo, son los que continúan como la cuarta generación, con experiencia personal en la gestión y con formación en acreditadas escuelas de cocina. Por su parte, la chef Tania lleva cocinando desde hace dieciséis años y en ella reside una de las claves del éxito, reconocido con la concesión de un solete Repsol, lo que les ha supuesto un gran ánimo para seguir superándose en un sector de alta competencia.
Ensaladilla rusa y con marisco
Uno de los proyectos que ambicionan Juanjo y Mónica es acometer una reforma considerable del local, para incorporar vitrinas expositoras del pescado y del marisco, así como la ampliación de la cocina y otras ventajas.
La de Ripoll es una cocina abierta casi todos los días del año y con un amplio horario de apertura, con una importante característica: el carácter fijo del personal de sala y su poca rotación. Su profesionalidad y amabilidad se refleja en los comentarios y reseñas de las distintas plataformas y en las redes sociales. Lo habitual para los trabajadores del Ripoll es jubilarse en el mismo local pese a los cantos de sirena de la competencia. Hablamos también de un restaurante familiar, con un magnífico menú infantil, pero a la vez la grandiosidad de sus vistas permite encuentros románticos, con atardeceres únicos en la playa.
Tartaletas de marisco
Sus especialidades de mayor éxito son la fritura de pescado, los calamares de playa rebozados, los calderos de langosta autóctona con rape o de bogavante con gambas. La bodega, a su vez, es muy variada y a precios razonables.
En suma, un restaurante con productos locales de gran calidad, de ambiente acogedor, con un servicio muy profesional y unos propietarios al pie del cañón, desde la cocina a la recepción de la clientela.
Fideuà con langosta de Gandia
