Davide Bersan en la entrada del restaurante.
Dos asiáticos y un vegetariano, la apuesta empresarial de Davide Bersan
Ángeles Ruiz
Lo que comenzó siendo Katana street food corner de comida asiática centrada en la vertienete japonesa con toque internacional, escondido en la planta baja del Mercado Central de Alicante, se ha convertido en el germen de la apuesta empresarial del italiano Davide Bersan. Recordamos, cuando allá por 2014, era el primer restaurante existente en este mercado. A partir de las tres, cuando finalizabas la comida, había que salir de forma casi clandestina, por el montacargas, entre restos de frutas y cajas apiladas, para acceder así a la única puerta que quedaba abierta en todo el edificio.
El éxito de este local dio el pistoletazo de salida a la transformación del mercado central de Alicante. Hoy hay numerosos bares y restaurantes y la marea avanza a medida que van desapareciendo por jubilación de sus propietarios los tradicionales puestos de alimentos.
Tras esta primera iniciativa, Davide Bersan emprende en 2016 otra aventura. Lluvia (Poeta Quintana 20), local especializado en comida vegetariana y vegana, que aterrizó en un momento excelente, ya que esta opción empezaba a tener demanda y no había locales especializados. En 2017 el 0,2% de la población española decía ser vegana. Esta cifra fue en aumento hasta triplicarse en 2021 cuando el 13% de la población adulta se identificaba como veggie (algo más de 5 millones de personas en España) y el 0,8% se declaraba vegana.
Pasado un tiempo, al filo de la pandemia, Bersan abrió Katana Bistrot. Empezó con una carta corta, con la pretensión de ir viendo la aceptación que tenía entre su clientela. Lo orientó hacia cocina asiática, en especial la japonesa, fusionada con platos y productos alicantinos, para hacer así un homenaje a la terreta. La carta ha ido evolucionando y ya no se ven tantos guiños a la cocina alicantina, ese era un camino difícil de transitar. Ahora la propuesta pretende crear en el comensal el efecto ¡wow!, el que deja impresionado al cliente por la combinación de sabores, matices, textura y presentaciones. Es un reflejo del aprendizaje de Davide, que, de la mano de reconocidos chefs, ha ido acrecentando sus conocimientos y pasión por la cocina. Sobre todo, queda patente en los platos la experiencia adquirida en su juventud, viajando y viviendo en Asia, Europa y América. Eso le ha permitido idear una carta donde fusiona preparaciones tailandesas, vietnamitas, japonesas…
En Katana Bistrot se puede comer a la carta u optar por el menú degustación (50€) en este caso compuesto por una marinera que han denominado japonesa, con atún y anchoa que se sirve sobre base de alga nori tempurizada. Le sigue un clásico nigiri de atún rojo y salmón escocés, delicioso en su sencillez por la buena materia prima utilizada. A continuación, llega una croqueta takoyaki de pulpo con un original toque de jengibre. Un clásico heredado de Katana food Corner son los nems, rollitos de papel de arroz rellenos de carne, pescado, marisco y hortalizas, propios de la cocina coreana y la vietnamita. En Katana Bistrot tienen como base la carne de pollo.
Como platos fuertes sirven el shumai de pollo guisado en caldo y mousse de ricota y el woton de costilla ibérica que han cocinada a baja temperatura y acompañado de salsa hoisin, la clásica salsa de barbacoa asiática.
Cierran el menú con un bao de boloñesa de ternera picada y crema de quesos. El postre se puede elegir entre dos o tres opciones. El menú incluye dos bebidas. Si en lugar de vino por copas del menú, solicitas una botella, la casa descuenta del precio de la botella elegida 5 euros por menú y persona.
Las mejoras deberían venir en este local por la atención en sala. Podría empezar por servir las bebidas frías en lugar de ofrecer un cubito de hielo para introducirlo en la copa de vino blanco o el cava. Sabemos que es una tendencia internacional en alza y que en la ciudad del amor se ha popularizado tanto que lo llaman un Blanquito Paris. Sin embargo, seguimos considerando el vino aguado un delito gastronómico. ¿Que el vino hay que servirlo a la temperatura ambiente? Ja! Eso será según en qué clima nos encontremos.
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