Beniasia, de Benitatxell

Huang o Juan, en la bode­ga que ha abier­to jun­to a su res­tau­ran­te.

  • Poble Nou de Beni­tatxell (Ali­can­te)

  • Assa­ga­dor 12–14

  • 966 494 042 / 625 921 596

  • Web

  • Abre de lunes a domin­go, des­de la 1 del medio­día y des­de las 6:30 de la tar­de.

  • Pre­cio medio por per­so­na 25–40 €. Entre sema­na cuen­ta con menús eco­nó­mi­cos.

Junto a la montaña más oriental

Juan Lagar­de­ra

Fue­ron los res­tau­ran­tes chi­nos los pri­me­ros que hubo de carác­ter exó­ti­co en la Espa­ña del desa­rro­llo. La lle­ga­da de aque­lla coci­na orien­tal basa­da en rolli­tos pri­ma­ve­ra, sopas de ale­ta de tibu­rón y chop suey supu­so una ver­da­de­ra rup­tu­ra men­tal para los pala­da­res de una épo­ca que toda­vía recor­da­ba las car­ti­llas de racio­na­mien­to. Esta­mos a fina­les de los 60, pri­me­ros 70. Aque­llos res­tau­ran­tes, deco­ra­dos en un esti­lo recar­ga­do, imi­tan­do de bara­ti­llo el aire impe­rial de la Chi­na más tra­di­cio­nal con fal­sos dora­dos, sedas y tafe­ta­nes de paro­dia devi­nie­ron en una culi­na­ria eco­nó­mi­ca, don­de niños y ham­brien­tos por un módi­co pre­cio podían comer has­ta el har­taz­go.

Pero no todo el comer­cio chino ha de resul­tar de cali­dad medio­cre y pre­cios de risa, impor­ta­dos en gigan­tes­cos por­ta­con­te­ne­do­res o refri­ge­ra­dos. Des­de Ingla­te­rra sur­gió en los 80 la cade­na zen que apos­tó por una esté­ti­ca mini­ma­lis­ta, sen­ci­lla, lim­pia y orde­na­da, con una ofer­ta culi­na­ria a la vis­ta del clien­te y sabo­res más níti­dos. El éxi­to de la gas­tro­no­mía japo­ne­sa, no tan barro­ca, y de otras lati­tu­des asiá­ti­cas –Corea, el país de los Tai, Viet­nam inclu­so…– abrió la pers­pec­ti­va orien­tal. Chi­na ini­cia­ba su peri­plo como gran poten­cia mun­dial gra­cias a su insó­li­to sánd­wich entre Karl Marx y Con­fu­cio.

En Madrid, el hotel Villa­mag­na abrió en los 90 un res­tau­ran­te can­to­nés de lujo, en Valen­cia fue el Mey Mey y otro Zen los que trans­for­ma­ron la ima­gen clá­si­ca del chino de siem­pre. Hoy son muchos los res­tau­ran­tes del gran gigan­te asiá­ti­co que ofre­cen una bue­na coci­na en nues­tro país. Y uno de ellos se encuen­tra en uno de los pue­blos mon­ta­ñe­ses más acce­si­bles de la comar­ca ali­can­ti­na de la Mari­na, Beni­tatxell, des­de el que se divi­sa el mar de Xàbia.

Habla­mos del res­tau­ran­te Benia­sia, un amplio local con terra­za al aire libre jun­to a una lade­ra y sur­ca­da por bam­bús, oli­vos y ging­kos, que cuen­ta tam­bién con una zona de inver­na­de­ro y un come­dor fun­cio­nal, deco­ra­do a la occi­den­tal, con lám­pa­ras de la fir­ma valen­cia­na LZF en made­ra y estu­pen­das fotos en blan­co y negro del Tíbet.

Inte­rior de Benia­sia

Benia­sia es una maqui­na­ria per­fec­ta­men­te engra­sa­da, don­de las coman­das lle­gan a la mesa en un tiem­po récord y todo se con­sa­gra con una extre­ma higie­ne y fun­cio­na­li­dad. La car­ta es exten­sa y de pre­cios más que razo­na­bles. Cuen­ta con todos los clá­si­cos y tra­di­cio­na­les pla­tos que uno se sabe de la pre­sen­cia chi­na en nues­tro país, pero aña­de tam­bién nove­da­des y, des­de hace un tiem­po, inclu­ye un poten­te apar­ta­do de sushi japo­nés que sol­ven­tan con efi­ca­cia y buen pro­duc­to.

Benia­sia es un res­tau­ran­te chino fia­ble, en todos los sen­ti­dos. El coci­na­do es impe­ca­ble, el pro­duc­to más que cer­ti­fi­ca­do, el ser­vi­cio ama­ble y efi­cien­te. No hay gra­sas, humos ni ese caos que se obser­va en las pelí­cu­las tópi­cas sobre los chi­na­towns. Es un res­tau­ran­te de éxi­to, que se ha gana­do el res­pe­to de su feli­gre­sía.

El artí­fi­ce de todo ello es un joven inquie­to y pers­pi­caz, Xiang Qing Huang, Juan o  Huang para los ami­gos espa­ño­les, quien lle­gó con once años a nues­tro país con su fami­lia, en 2003. No había pen­sa­do en dedi­car­se a la hos­te­le­ría a pesar del ofi­cio de su padre, Kido, coci­ne­ro, pero no tuvo más reme­dio que dar un paso al fren­te en 2017. Fue él quien deci­dió, apo­ya­do por su cor­dial madre, Fan Fan, refor­mar por com­ple­to aquel local enca­ra­ma­do a las altu­ras.

Huang en la bode­ga.

Cua­tro años más tar­de com­ple­tó su for­ma­ción como sumi­ller con quie­nes han sido sus men­to­res: Pablo Osso­rio, el fino enó­lo­go de bode­gas His­pa­no­sui­zas, Sal­va­dor Pove­da o la ya legen­da­ria Mano­li Rome­ra­lo… El desa­rro­llo de esos cono­ci­mien­tos le ha ser­vi­do para crear una dis­tri­bui­do­ra pro­pia de vinos y una cava para catas y alma­cén jun­to al mis­mo res­tau­ran­te. Huang es un por­ten­to, y en pocos meses ha reu­ni­do en ese nue­vo espa­cio, ver­ti­ca­les de vinos extra­or­di­na­rios, des­de baro­los pia­mon­te­ses a prio­ra­tos o ribe­ras espa­ño­les y cla­re­tes bor­go­ño­nes.

Así que en Benia­sia uno pue­de comer al modo orien­tal y beber al más gran­de nivel euro­peo. Exce­len­tes son sus ape­ri­ti­vos, como la bar­ca de fri­tos y rolli­tos, sin una piz­ca de acei­te de más, las ostras en tem­pu­ra o sus ensa­la­das como la de lechu­ga con car­ne pica­da, setas y bam­bú (yuk­son), o su sur­ti­do de gyo­zas y dim sums que ali­ña con un finí­si­mo vina­gre de Jerez. Sus clá­si­cos arro­ces orien­ta­les son impe­ca­bles, como el pak choy al den­te o los sen­ci­llos gui­sos de pollo, cer­do o ter­ne­ra, sazo­na­dos inte­li­gen­te­men­te con un pun­ti­to de dai­kon o de gin­seng. Sal­sas níti­das y un pato refri­to a la peki­ne­sa exce­len­te.

Bar­ca de fri­tos ante la ven­ta­na.

Gyo­zas.

Lo mis­mo cabe decir de su ofer­ta nipo­na, mag­ní­fi­ca, que inclu­ye buen pro­duc­to pri­mi­ge­nio como sal­món, atún, angui­la ahu­ma­da o pez limón, inclu­so sar­di­ni­llas, en for­ma de makis, nigi­ris, futo­ma­kis o ura­ma­kis has­ta com­ple­tar una bue­na apor­ta­ción de la coci­na japo­ne­sa a la car­ta de Benia­sia, cada día más Asia que sola­men­te Chi­na. Y como rema­te, Huang, lúci­do y sabe­dor de que el dul­ce es un saber de ofi­cio euro­peo se ha alia­do con un gran pas­te­le­ro, el ili­ci­tano Daniel Álva­rez, cuyo ate­lierDalua– le sumi­nis­tra un buen sur­ti­do de éclai­res, milho­jas, coulants o tira­mi­sús impa­ga­bles.

Nigi­ris de angui­la y futo­ma­kis

Últi­ma visi­ta 20 de agos­to de 2024


GALERÍA deta­lla­da:

¡Compartir es vivir!

Suscríbete al boletín

Noti­cias, crí­ti­cas de res­tau­ran­tes, catas de vinos y acei­tes, etc.