Gerard S. Ferrando / Alicante
La gala de premios de la Academia de Gastronomía de la Comunidad Valenciana, celebrada en Alicante ha dejado muchas emociones. La gala del reencuentro, de la ilusión, de la esperanza, del resurgir, de la magia, la osadía, la imaginación, la pasión de todo un sector que, anclándose en el pasado, mira hacia el futuro con ilusión, sin olvidar el presente, porque la vida es el hoy. Esos momentos que vivimos cada día y que, a veces, pasan desapercibidos. Esas comidas cotidianas con nuestros seres queridos, el café del desayuno, la paella de nuestras madres, las cenas en casa después de un largo día de trabajo, pero también el dejarnos mimar por los y las profesionales del sector.
Salir fuera a comer o cenar es mucho más que cubrir nuestras necesidades básicas. Es sacar a relucir nuestro lado más hedonista, más gozoso, más placentero al fin y al cabo. Y lo es todavía más si se hace con la seguridad y la satisfacción de saber que se está en buenas manos. Manos como las de la Asociación de productores de la alcachofa de la Vega Baja del Segura, que fueron, merecidamente reconocidos como mejor producto del año en la Comunidad Valenciana. La emoción, las palabras entrecortadas, las lágrimas, y las sinceras palabras de agradecimiento de su presidente, Antonio Ángel Hurtado, en el momento de recibir el galardón, así lo atestiguaban, como también lo hicieron, in situ, los sentidos aplausos del público.
Esta era la gala del reencuentro, sí, y por tanto, también la de los abrazos, arriba y abajo del escenario, la de las miradas cómplices, la de los halagos mutuos, sí, pero también la de la conciencia de saber que no siempre se pueden hacer las cosas bien y que, precisamente ahí, en el error, o en lo que tal vez no es perfecto, son necesarias figuras de críticos gastronómicos como Santos Ruiz.
Él, que ha sido uno de los grandes protagonistas de proyectos como las ediciones en papel del Almanaque Gastronómico de la Comunidad Valenciana es, como él mismo dijo al recibir el premio “el necesario Pepito Grillo de la profesión”. Por eso, pero también por su personalidad, por su experiencia, por su sabiduría gastronómica el premio de mejor comunicador del año es más que merecido.
Emoción de la familia Rioja
Otro de los momentos más emotivos de la mañana en esta entrega de premios gastronómicos de la Comunidad Valenciana fue cuando la familia Rioja recibió el premio a la mejor trayectoria profesional. Son más de 100 años, la cuarta generación ya de hosteleros al frente de este local emblemático de Benissanó que es la auténtica catedral de la paella. El discurso de Vicente Rioja, como no podía ser de otra manera, fue uno de los más emotivos y en él rindió homenaje a personas clave en su vida como su padre, pero también como el chef Quique Dacosta o el crítico gastronómico antes mencionado, Santos Ruiz.
La sostenibilidad del Grupo Camarena, con Mari Carmen Bañuls
El management y la gestión sostenible no ha estado exento de reconocimiento por la importancia en el desarrollo del sector en la implantación de buenas prácticas medioambientales, por el respeto al entorno y al territorio. Es por ello que debido a la implantación del cultivo de proximidad y por la gestión de uno de los proyectos más emblemáticos de la Comunidad Valenciana en los últimos tiempos, la Academia ha otorgado el reconocimiento a la “Gestión sostenible 2022” a Mari Carmen Bañuls, Directora General de los Restaurantes Habitual, Central Bar, Barx, Canalla Bistró Y Ricard Camarena Restaurant.
José Manuel Miguel, de Beat, el mejor chef del año
Después de la entrega de 9 galardones llegaba el último, y más esperado, que era el del chef del año. Un reconocimiento que en esta ocasión fue para el chef del restaurante Beat de Alicante, José Manuel Miguel. Él, que fue el primer valenciano en tener una Estrella Michelin en París, se acordaba en el escenario de cuando le dijeron de ponerse al frente de un proyecto gastronómico en su tierra: “Algunos me decían que por qué iba a dejar mi puesto en París para venirme aquí, pero a mi allí me faltaban dos cosas muy importantes como eran mi tierra y mi familia”.
El premio a Mejor jefe de Sala 2022” fue para José Vicente Pérez, del restaurante El Bressol, mientras que el premio “Mundo del Vino 2022” se lo llevó Casa Agrícola de Pepe Mendoza.
De la mano de Paco Torreblanca, uno de los mejores pasteleros del mundo, se ha entregó el reconocimiento “Mejor empresa gastronómica 2022”, que ha recaído en Chocolates Valor.
Por su capacidad de aprendizaje, tesón, sacrificio y valentía, la Academia propone como “Talento emergente 2022” a Fran Espí, del restaurante La Sucursal, quien ha recibido el premio de manos de Javier Andrés, quien fuera premio Nacional de Gastronomía Mejor Jefe de Sala y Director Gastronómico de Grupo Sucursal.
Tras reiteradas visitas de los académicos, la Academia ha considerado que el premio “Restaurante Revelación 2022” debía ser para Espacio Montoro, en Alicante.
Sobre el desarrollo de la gala, y más allá del pequeño susto protagonizado por Óscar Torrijos cuando, ligeramente mareado, se volvió a su asiento cuando iba a entregar uno de los premios, cabe destacar el acierto de contar con un humorista como Daniel de la Cámara que le restó seriedad y le dio frescura al evento. También el hecho de homenajear a cada premiado con un emotivo vídeo en el que, personas de su entorno, o de su trabajo, aprovechaban para felicitarles. Sin olvidar, por supuesto, el excelente catering final con productos de la huerta, la ganadería y el mar valencianos como la propia alcachofa, los vinos, pero también el jamón, les coques, los embutidos y hasta el aguacate, que también se produce ya en nuestra fértil “terreta” que tanto tenemos que cuidar, amar y respetar, así como a los que la trabajan cada día.
Porque, como decía el lema de los premios de este año: “La vida sin gastronomía no es vida”.
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