La guía Michelin se estrella, otra vez, contra la paridad

La gala Michelin de España y Portugal 2023, celebrada en Toledo, no concedió ninguna nueva estrella para la Comunidad Valenciana, que albergó el evento en 2022, obteniendo seis nuevas estrellas

Las mujeres quedaron, una vez más, olvidadas, al no recibir ninguna nueva Estrella en solitario, más allá de la Estrella Verde lograda por Narbascu, de Esther Manzano

Por: Gerard S. Ferrando

La Gala Michelin de España y Portugal 2023 se olvidó tanto de la Comunidad Valenciana como de las mujeres. Los y las restauradores de la primera, que fue genorasamente regada de Estrellas en la edición anterior, cuyo evento se celebró en Valencia, vieron como a la «lluvia de Estrellas del año pasado», con seis nuevas incorporaciones, le seguía un vacío total de estrellas valencianas en esta edición. En ella, celebrada en Toledo, fue «curiosamente» la región de Castilla-La Mancha la que se vio bañada de Estrellas, con tres nuevas, además de varias verdes y algún que otro reconocimiento para sus restauradores, eso sí, todos masculinos. Cabría preguntarse, llegados a este punto, cuánto pagó entonces la Comunidad Valenciana por albergar la gala y cuánto ha pagado ahora la región vecina, pues aquí parece que, también, la política y los intereses económicos y estratégicos tienen mucho que decir.

Las únicas noticias positivas tras esta gala para una región como la valenciana, donde la hostelería tiene un papel fundamental, muy ligado al turismo, son que al menos se mantienen los 22 restaurantes con Estrella, que suman un total de 28 Estrellas, pues cuatro de ellos tienen 2 y uno, el de Quique Dacosta en Dénia, 3. Y que el grupo del propio Dacosta suma un nuevo galardón, aunque en este caso es para su restaurante Deesa en Madrid cuyo chef principal es Guillermo Chávez.

La pregunta aquí es ¿de verdad no ha habido evolución alguna en la hostelería valenciana desde la lluvia de Estrellas de 2022 a la sequía total actual? Para averiguarlo, tal vez habría que conocer también el criterio de los 12 inspectores con los que se estima que cuenta la Guía Michelin en España, pues este es un secreto muy bien guardado por ellos. No se conocen sus nombres ni tampoco si son hombres o mujeres, aunque viendo sus valoraciones cabe pensar que serán más bien lo primero.

Las mujeres, las grandes olvidadas de la Gala Michelin 2023

Además del vacío a la Comunidad Valenciana, el otro gran vacío, olvido, silenciamiento, hasta incluso desprecio, fue para las mujeres. Una vez más, y esto es algo que no cambia con el paso del tiempo, incluso parece que va a más, los que subían al escenario eran, una y otra vez, hombres. Allí, una presentadora les daba la bienvenida y dos «bonitas» azafatas les ayudaban a ponerse la chaquetilla. De hecho, la gala se podría resumir, perfectamente, en tres imágenes que reproducimos a continuación.

La primera de ellas sería, precisamente, la de esas mujeres «florero» abrochando la chaquetilla a los «reputados» chefs, hombres.

Las azafatas colocan la chaquetilla a uno de los chefs.

La otra imagen de la noche sería la foto de familia de las nuevas estrellas, elijan la que quieran, pues en todas hay una máxima, la presencia abrumadora de hombres. De este modo, se entregaron 61 nuevas estrellas a hombres y solo dos a mujeres (en ambos casos con proyectos compartidos con sus maridos). Ellas fueron Mariana Sánchez, del restaurante Ajonegro de Logroño, y Lydia del Olmo, del restaurante Ceibe (Ourense). De hecho, la fatalidad o la casualidad quiso que la única mujer que ayer iba a recoger un galardón en solitario, Esther Manzano, del restaurante Narbasu, que logró la Estrella Verde, no pudo asistir a la gala, por lo que el trofeo lo recogió su hijo. Es más, entre los nuevos estrellados de Dos y tres Estrellas no había ninguna mujer y en la lista actualizada de Tres Estrellas en toda España solo hay una, Elena Arzak, hija de Juan Mari Arzak.

La foto de los nuevos 1 Estrella Michellin, con solo dos mujeres.

La tercera foto de la noche podría ser, perfectamente, la de las mujeres haciéndole fotos a sus maridos desde la grada, porque sí, ellas están ahí, pero en la sombra, en un segundo lugar, en un papel todavía de madres, de cuidadoras del hogar. Ellas son las que cocinan en las casas, en los hogares, a las que se les inculca el deber de tener una familia y cuidarla. A ellas, cuando son niñas, se les regalan cocinitas, pero luego, a la hora de brillar, de salir en la foto, de liderar proyectos profesionales gastronómicos, y de premiarlos, se las olvida.

Una mujer que sí que brilló en esta gala fue la cantante albaceteña Rozalén, encargada de poner música a tal desatino. Una de sus canciones elegidas fue «la puerta violeta» que pone el foco en la violencia machista. Aunque el machismo no está solo en la violencia, sino también en mantener una actitud condescendiente hacia la mujer, en no valorarla en su trabajo o en su vida, tal y como pasó, precisamente, en esta gala para el olvido. No estaría de más ver la cara que se le quedaría a la propia Rozalen, que es una gran defensora de los derechos de las mujeres, al ver el desfile de «hombres de blanco» en que se convirtió la ceremonia.

La cantante Rozalén.

Dicho todo esto, las notas positivas de la Gala Michelin de España y Portugal 2023 fueron la apuesta por el mundo rural y por sus restauradores, aunque este parece que también es ya un coto privado para los hombres. Al igual que lo es también el reconocimiento a la sostenibilidad con las Estrellas Verde, en las cuales solo se reconoció a una mujer. Tal vez habría que crear algo así como la Estrella Rosa, a ver si así sí se da visibilidad a las mujeres en la gastronomía…

 

 

 

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