Miguel Barrera: “Necesito los olores de la cocina todos los días para poder vivir”

Gerard S. Ferran­do

Miguel Barre­ra, chef y pro­pie­ta­rio de Cal Para­dís, uno de los res­tau­ran­tes mejor valo­ra­dos en la sec­ción de Lau­rea­dos del Alma­na­que Gas­tro­nó­mi­co, estu­dió magis­te­rio, pero se crio entre los fogo­nes, las ollas, los cal­dos, los arro­ces… del res­tau­ran­te de su fami­lia “El Paraí­so” en la peque­ña loca­li­dad cas­te­llo­nen­se de la Vall d’Alba. Hoy, jus­to 50 años des­pués de que sus padres inau­gu­ra­ran aquel local, echa la vis­ta atrás, pero tam­bién hacia delan­te. Barre­ra fue el pri­me­ro en obte­ner una Estre­lla Miche­lin en la pro­vin­cia de Cas­te­llón, hace aho­ra una déca­da, y es ya todo un maes­tro de la coci­na y tam­bién todo un refe­ren­te. Tal vez por todo ello es cons­cien­te de la res­pon­sa­bi­li­dad de los chefs no solo de poner en valor nues­tros pro­duc­tos y nues­tra gas­tro­no­mía, sino en fomen­tar el apro­ve­cha­mien­to, poner en valor las ela­bo­ra­cio­nes autóc­to­nas y tam­bién trans­mi­tir esos sabe­res y esa pasión a las nue­vas gene­ra­cio­nes.

Miguel, antes de entrar en mate­ria, que­ría­mos pre­gun­tar­le si en estos tiem­pos don­de aprie­ta el calor y don­de las coci­nas domés­ti­cas se adap­tan a estas cir­cuns­tan­cias, ¿ocu­rre tam­bién algo simi­lar en la alta gas­tro­no­mía?

Para noso­tros es más impor­tan­te toda­vía por­que tene­mos un menú gas­tro­nó­mi­co que siem­pre es al día, es decir damos lo que nos da la tie­rra y eso es lo que ofre­ce­mos. Aho­ra no tie­ne sen­ti­do dar pro­duc­tos que no tene­mos. Apro­ve­cha­mos lo que nos da la tie­rra y nues­tro entorno para nues­tros pla­tos. La coci­na en esta épo­ca del año es más lige­ra y menos gra­so­sa. No tie­ne sen­ti­do tomar aho­ra esos cal­dos calien­tes o fon­dos tan fuer­tes. La gen­te bus­ca aho­ra algo más lige­ro para poder dis­fru­tar de una bue­na comi­da pero que no aca­ben con una sen­sa­ción de pesa­dez. Con el calor ape­te­ce una comi­da más fres­ca y eso tra­ta­mos de ofre­cer.

Esa adap­ta­ción no solo es por un tema cli­má­ti­co, sino tam­bién para apro­ve­char los dife­ren­tes pro­duc­tos de tem­po­ra­da, ¿ver­dad?

Aho­ra, por ejem­plo, pega mucho hacer un arroz con ver­du­ras. En verano es cuan­do tene­mos los mejo­res toma­tes, judías, los cala­ba­ci­nes, con sus flo­res, es una ale­gría ir cada día al cam­po y encon­trar­te con este colo­ri­do y noso­tros lo tras­la­da­mos a la coci­na.

Pre­ci­sa­men­te, usted es emba­ja­dor de los pro­duc­tos de Cali­dad de Cas­te­llón. ¿En qué con­sis­te esta labor?

Cuan­do nos die­ron la Estre­lla Miche­lin, hace diez años, la gen­te se emo­cio­nó mucho en la pro­vin­cia por­que no había nin­gu­na. Enton­ces tira­ron un poco de noso­tros para ofre­cer esa ima­gen de cali­dad y de gas­tro­no­mía de la tie­rra. De eso se tra­ta, de mos­trar esa cali­dad gas­tro­nó­mi­ca allá don­de vamos. Si via­jo al extran­je­ro inten­to lle­var pro­duc­tos de aquí. Aho­ra ire­mos a Ali­can­te Gas­tro­nó­mi­ca y hare­mos pro­duc­tos de Cas­te­llón. Le damos valor a lo nues­tro que es lo prin­ci­pal. Si nos cree­mos lo que tene­mos y lo ofre­ce­mos, la gen­te que nos ve tam­bién se lo cree. Noso­tros somos los pri­me­ros que nos tene­mos que creer que somos muy bue­nos en pro­duc­to y en cali­dad y enton­ces la gen­te se lo cree­rá.

Miguel Barre­ra en Cal Para­dís.

Si le pedi­mos que nos ven­da o pro­mo­cio­ne estos pro­duc­tos de Cali­dad de Cas­te­llón cómo lo haría?

Yo lo ten­go muy fácil, lo que diría es que tene­mos pro­duc­tos muy bue­nos duran­te todo el año. En invierno tene­mos la tru­fa, que es muy bue­na. Los puer­tos peque­ros de Cas­te­llón, que son extra­or­di­na­rios, nos ofre­cen el mejor pes­ca­do azul de todo el Medi­te­rrá­neo. Lue­go, tene­mos la huer­ta. Cas­te­llón es la gran des­co­no­ci­da, pero es la más rica en pro­duc­to en todo el Medi­te­rrá­neo y me atre­ve­ría a decir que en toda Espa­ña. Somos espe­cia­les en el sen­ti­do de que somos una pro­vin­cia peque­ña, pero alar­ga­da y muy estre­cha. Por tan­to, se pasa muy rápi­do del mar a la mon­ta­ña y eso te da un eco­sis­te­ma dife­ren­te. Te da la posi­bi­li­dad, por ejem­plo, de estar en la lon­ja, don­de voy dos veces a la sema­na y lue­go en media hora tie­nes tru­fa, dime qué pro­vin­cia te pue­de ofre­cer esto. Y en medio tene­mos una tie­rra que nos ofre­ce una huer­ta espe­cial, tam­bién por el agua, por las mon­ta­ñas que hacen de sal­va­guar­da del frío y ayu­da a tener una huer­ta fabu­lo­sa. Ven­der Cas­te­llón es muy fácil y lue­go, cuan­do voy a otros luga­res siem­pre lo que hago son pla­tos con pro­duc­tos de aquí. Tru­fa, alca­cho­fas de Beni­car­ló, que es Deno­mi­na­ción de Ori­gen, los toma­tes de col­gar, que son muy autóc­to­nos nues­tros, ver­du­ras como la judía, las flo­res de cala­ba­cin o de pepino… no es difí­cil coci­nar aquí, más bien es fácil por­que tie­nes muy buen pro­duc­to.

Usted fue el crea­dor del con­cur­so de Arro­ci­to de Cas­te­llón, el cual nos recuer­da aque­lla can­ción del últi­mo de la fila lla­ma­da “Como un burro ama­rra­do a la puer­ta del bai­le” que pre­ci­sa­men­te ins­pi­ró el títu­lo de este con­cur­so. ¿Cómo sur­gió todo aque­llo?

Eso fue que un día en una reu­nión hablan­do de gas­tro­no­mía diji­mos, mira que es famo­so el arro­ci­to de Cas­te­llón pero si uno vie­ne y lo pide qué arroz le ser­vi­ría­mos por­que los pre­pa­ra­mos de muchas mane­ras. Enton­ces salió la idea de crear una rece­ta des­de cero con pro­duc­tos que tene­mos a nues­tro alcan­ce todos los días y eso nos pue­de dar la par­ti­cu­la­ri­dad de tener un arroz que los res­tau­ran­tes lo pue­dan pre­pa­rar, que sea un poco refe­ren­cia. Cogí la alca­cho­fa de Beni­car­ló, el lan­gos­tino que es muy bueno, el rape, el sepio­net de la pun­cha, que es uno de los pro­duc­tos de la lon­ja que más me gus­tan, y con todo eso hici­mos el arroz. Al final, era hacer una rece­ta que todo el mun­do tuvie­ra cla­ro que lle­va­ba esos ingre­dien­tes. La gen­te lo está asu­mien­do y esta­mos crean­do esa mar­ca y cada año el con­cur­so va mejor.

El arro­ci­to de Cas­te­llón.

Y no sólo qué lle­va den­tro, sino tam­bién qué mate­ria­les son impres­cin­di­bles para pre­pa­rar­lo… leña de naran­jo… qué tipo de cal­de­ro…

Ahí ya no somos tan estric­tos por­que sabe­mos que si tuvie­ra que ser sí o sí con ese tipo de leña sería com­pli­ca­do que muchos lo pudie­ran ela­bo­rar. Sería cerrar­nos mucho las puer­tas. Pero sí que que­re­mos que sean ver­du­ras de aquí así como el res­to de pro­duc­tos y que sean fres­cos.

Este con­cur­so será este año el día 16 de octu­bre. Y el pla­zo para pre­sen­tar­se esta­rá abier­to has­ta el 5 de octu­bre. ¿Cómo ani­ma­ría a los chefs a par­ti­ci­par?

Pron­to sal­drá la con­vo­ca­to­ria ofi­cial y la gen­te pue­de entrar a tra­vés de la web del Patro­na­to de Turis­mo de Cas­te­llón y apun­tar­se. Es limi­ta­do, solo pue­den par­ti­ci­par 20 per­so­nas por­que es com­pli­ca­do con­tro­lar­lo si es mucha más gen­te. El arroz para noso­tros, para los que somos de la Comu­ni­dad Valen­cia­na, es lo que nos iden­ti­fi­ca. Cuan­do voy a otros paí­ses la gen­te te pre­gun­ta por la pae­lla. Si hablas de Espa­ña es arroz y pae­lla y eso es por lo que nos cono­cen. Y noso­tros la lle­va­mos en la san­gre. Yo, cuan­do era peque­ño, todos los domin­gos me sen­ta­ba con mis padres y mis abue­los a comer pae­lla del cal­de­ro, eso no nos lo pue­de qui­tar nadie y somos los mejo­res en eso por­que lo lle­va­mos en la san­gre.

Hable­mos tam­bién, cómo no, del res­tau­ran­te Cal Para­dís y de lo que nos ofre­ce en estos meses esti­va­les. ¿Qué pode­mos encon­trar­nos si vamos por allí aho­ra?

Esta­mos tra­ba­jan­do aho­ra en dos menús gas­tro­nó­mi­cos. Son menús que al final son con una base muy tra­di­cio­nal, pero son muchos años via­jan­do y cono­cien­do otras cul­tu­ras gas­tro­nó­mi­cas y lue­go vas intro­du­cien­do cosas de aquí y de allá. El menú con­sis­te en cin­co snacks, lue­go tene­mos cua­tro ape­ri­ti­vos, un pes­ca­do, una car­ne y dos pos­tres. Siem­pre apro­ve­cha­mos pro­duc­tos como el cor­de­ro, el pes­ca­do de la lon­ja… Pero pue­des venir un día y tene­mos un pes­ca­do y lue­go tene­mos otro. No tene­mos un menú cerra­do, sino que va cam­bian­do, a veces inclu­so de un día para otro. Lue­go, ofre­ce­mos pla­tos que sue­len estar siem­pre en car­ta por­que la gen­te nos los pide como el toma­te de col­gar relleno de sar­di­na de gota, que es un pla­to icó­ni­co nues­tro, que lle­va ya unos 14 años en la car­ta y no lo qui­to. Aun­que cam­bie­mos muchos pla­tos, siem­pre tene­mos que tener cosas que la gen­te pide y que son por las que nos iden­ti­fi­can. Al final, vas a un lugar a comer algo por­que te ape­te­ce comer algo que hacen allí. Noso­tros sí que tene­mos algu­nos pla­tos así, pero la mayo­ría cam­bian bas­tan­te. Sole­mos ofre­cer, eso sí, ver­du­ras, pes­ca­do y siem­pre algún arroz.

Barre­ra coci­nan­do en Cal Para­dís.

Uno de los pun­tos fuer­tes de su menú sue­le ser la cas­que­ría, como una mues­tra de esa coci­na de apro­ve­cha­mien­to. ¿Cómo la uti­li­za nor­mal­men­te?

La cas­que­ría me encan­ta. Hago una pata de pollo cru­jien­te como snack de ape­ri­ti­vo, tam­bién un cap i pota con una gam­ba, la molle­ja tam­bién la usa­mos. Mani­tas de cer­do, lo usa­mos mucho, con com­bi­na­cio­nes per­so­na­les mías, pero sí que lo uso mucho por­que me encan­ta. Eso tam­bién hace, por­que el coci­ne­ro al final coci­na lo que le gus­ta.

¿Qué con­se­jo le daría, aho­ra que tan­to se habla y tan nece­sa­rio es apro­ve­char y no des­per­di­ciar ali­men­tos, a las per­so­nas que coci­nan en sus casas?

El con­se­jo es sen­ci­llo, al final es apro­ve­char todo lo que tene­mos. Si lim­pias un pes­ca­do y te sobran las espi­nas, pue­des hacer un fumet. Sí coges la ver­du­ras, las pun­tas que sobran las pode­mos apro­ve­char para hacer un fon­do de ver­du­ras. Todo. Noso­tros en la coci­na usa­mos inclu­so las pie­les. Cada día la gen­te apro­ve­cha más todo, no están las cosas como para ir tiran­do y cuan­do com­pran pes­ca­dos, car­nes… lo que sobra apro­ve­chan para hacer fon­dos, arro­ces, un sal­tea­do. Al final, creo que la gen­te se bus­ca la vida y en las fami­lias nor­ma­les, como la nues­tra, se apro­ve­cha todo.

“La gen­te no via­ja solo para ver un lugar o un monu­men­to, sino tam­bién para comer bien”.

Uno de sus lemas es “coci­na con memo­ria”, ¿qué sig­ni­fi­ca­do tie­ne para usted esa fra­se apli­ca­da en la coci­na y cómo le recuer­da a esos orí­ge­nes en El Paraí­so de sus padres?

Mi his­to­ria es un poco par­ti­cu­lar. Yo nací en una masía y lue­go mis padres com­pra­ron esta casa en el pue­blo, esta­mos en el inte­rior del pue­blo y aquí es don­de mis padres abrie­ron un bar-res­­tau­­ra­n­­te en 1973. Lue­go, yo estu­dié magis­te­rio, soy maes­tro tam­bién, pero mi gusa­ni­llo era la coci­na y dije que tenía que hacer lo que me gus­ta­ba que era la coci­na. Me incor­po­ré a la casa y lue­go me que­dé el res­tau­ran­te jun­to con mi mujer. En 2005 hici­mos una refor­ma total, cam­bia­mos todo el local des­de cero y nos dedi­ca­mos a una coci­na más atre­vi­da, más per­so­nal y crea­ti­va. Una coci­na que nos lle­vó en 2012 a dar­nos pre­mios y lue­go la Estre­lla Miche­lin y Dos Soles Rep­sol, entre otras cosas. Hici­mos una coci­na muy per­so­nal que es lo que segui­mos hacien­do. Es un res­tau­ran­te fami­liar, como tan­tos otros, don­de los hijos siguen la saga de sus padres y eso te da tam­bién mucho poso. Tene­mos esa memo­ria por­que yo recuer­do muy bien las ollas que hacía mi madre, esos cal­dos y puche­ros, esas cosas que las tie­nes en tu men­te y cuan­do coci­nas te da ese plus. Noso­tros tra­ba­ja­mos así en fon­dos, res­pe­tan­do mucho de dón­de veni­mos por­que somos de dón­de somos y si res­pe­ta­mos de dón­de veni­mos lle­ga­re­mos muy lejos, sino no ire­mos a nin­gún sitio. La his­to­ria la tene­mos que poner en valor por­que es lo que nos da el hoy. Noso­tros somos gen­te que veni­mos de una saga fami­liar gas­tro­nó­mi­ca, apa­sio­na­da por este mun­do y lo que hemos hecho es con­ti­nuar­lo.

¿Qué res­pon­sa­bi­li­dad tie­nen los chefs que están en la van­guar­dia o en la cabe­za de la gas­tro­no­mía para con­ser­var y poner en valor, pre­ci­sa­men­te, esas téc­ni­cas, tru­cos, sabe­res y ela­bo­ra­cio­nes de la coci­na tra­di­cio­nal?

Tene­mos mucha res­pon­sa­bi­li­dad, más aho­ra que la gen­te se ha dado cuen­ta de la impor­tan­cia que tie­ne la gas­tro­no­mía tam­bién para nues­tra eco­no­mía en la Comu­ni­dad y en Espa­ña. La gen­te no via­ja solo para ver un lugar o un monu­men­to, sino tam­bién para comer bien. Tene­mos esa res­pon­sa­bi­li­dad de que cuan­do ven­gan y regre­sen recuer­den dón­de han ido y que en su memo­ria se acuer­den de ese toma­te, o de esa olla o esa pae­lla que comie­ron en ese res­tau­ran­te. Tene­mos esa res­pon­sa­bi­li­dad de poner en valor la gas­tro­no­mía de nues­tra zona y de nues­tra cul­tu­ra. Creo que es muy impor­tan­te. Ha cam­bia­do todo mucho des­de hace quin­ce años. Aho­ra somos una poten­cia gas­tro­nó­mi­ca en Espa­ña y la Comu­ni­dad Valen­cia­na esta­mos entre las dos o tres más impor­tan­tes jun­to País Vas­co y Cata­lu­ña. Gra­cias a gran­des coci­ne­ros que tene­mos como Ricard Cama­re­na o Qui­que Dacos­ta y otros que tam­bién hemos esta­do tiran­do del carro para lle­gar, jun­tos, a este pun­to en el que la gas­tro­no­mía valen­cia­na sea cono­ci­da en todos los luga­res.

Por últi­mo, sí le pre­gun­ta­mos para qué es El Paraí­so para Miguel Barre­ra, ¿qué nos res­pon­de­ría?

Para mí el paraí­so es don­de esté mi gen­te, que sea feliz que la gen­te que ten­ga alre­de­dor esté bien, ten­ga salud, dis­fru­te y en mi caso eso tam­bién y dis­fru­tar de la coci­na. No soy de esos coci­ne­ros que quie­ren reti­rar­se. Yo dis­fru­to de la coci­na, para mí es mi vida y nece­si­to esos olo­res todos los días para poder vivir. Soy uno de esos que lo lle­va en la san­gre y que lucho por esto y lo dis­fru­to.

“No soy de esos coci­ne­ros que quie­ren reti­rar­se. Yo dis­fru­to de la coci­na, para mí es mi vida”

Escu­cha la entre­vis­ta a Miguel Barre­ra en Valen­cia Capi­tal Radio

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