Pros y contras del ayuno intermitente

Eli­sa Esco­rihue­la Nava­rro. Nutri­cio­nis­ta y Far­ma­céu­ti­ca

Segu­ro que has oído hablar de ayuno inter­mi­ten­te y qui­zás se te haya pasa­do por la cabe­za comen­zar a hacer­lo, pero te sur­gen dudas, ¿real­men­te es bueno para la salud?,  ¿fun­cio­na para per­der peso?, ¿es segu­ro?.

Hoy te resuel­vo tus dudas y para empe­zar hemos de pun­tua­li­zar que a pesar de lo que pien­san muchas per­so­nas, el ayuno inter­mi­ten­te NO es una die­ta, si no que se tra­ta de una estra­te­gia nutri­cio­nal que uti­li­za­mos de vez en cuan­do en con­sul­ta, con obje­ti­vos cla­ros de salud o de pér­di­da de masa gra­sa.

El tér­mino de ayuno inter­mi­ten­te o inter­mi­tent fas­ting hace refe­ren­cia a un perio­do de tiem­po deter­mi­na­do en el cual nos abs­te­ne­mos total o par­cial­men­te de comer.

Este tipo de estra­te­gia se dio más a cono­cer en el 2016 cuan­do Yoshi­no­ri Ohsu­mi, pre­mia­do con el Nobel, nos des­cu­brió el sis­te­ma de reci­cla­je que uti­li­za nues­tro cuer­po cuan­do hace­mos ayuno, la auto­fa­gia, que vie­ne del grie­go y sig­ni­fi­ca “comer­se a uno mis­mo” (que ya acu­ñó Chris­tian de Duve en los años 60).

Median­te este meca­nis­mo la muer­te pro­gra­ma­da de las célu­las daña­das de nues­tro cuer­po, cono­ci­da como apop­to­sis, no se pro­du­ci­rá, si no que se repa­ra­ran los daños celu­la­res sin nece­si­tar pro­gra­mar esta muer­te.

Los liso­so­mas serán los encar­ga­dos de reci­clar el mate­rial que ya no sir­ve y de esta mane­ra podre­mos luchar con­tra la enfer­me­dad.

Para esti­mu­lar este meca­nis­mo de auto­fa­gia se uti­li­za, ade­más de seguir un esti­lo de vida salu­da­ble, el el ayuno y la res­tric­ción caló­ri­ca.

Posibles beneficios del ayuno intermitente

Los ali­men­tos salu­da­bles no pue­den fal­tar.

Has­ta la fecha, no hay estu­dios sufi­cien­tes, pero la prác­ti­ca del ayuno inter­mi­ten­te pue­de ser bene­fi­cio­sa para:

  • La pér­di­da de gra­sa vis­ce­ral. Que es la que se encuen­tra entra las vís­ce­ras y que con­vie­ne man­te­ner a raya ya que se rela­cio­na con dis­li­pe­mia, ries­go car­dio­vas­cu­lar y dia­be­tes.
  • Reduc­ción de los nive­les de insu­li­na en san­gre, lo que com­ba­te la resis­ten­cia a la insu­li­na, lo que pro­te­ge con­tra el desa­rro­llo de la dia­be­tes de tipo 2.
  • Aumen­to de la hor­mo­na de cre­ci­mien­to humano en san­gre. La pre­sen­cia de esta hor­mo­na en san­gre pue­de ayu­dar a que­mar más rápi­do gra­sa y a aumen­tar la masa mus­cu­lar.
  • Ayu­da a redu­cir el estrés oxi­da­ti­vo y la infla­ma­ción en el cuer­po. Lo cual pue­de tener bene­fi­cios con­tra el enve­je­ci­mien­to y el desa­rro­llo de diver­sas enfer­me­da­des como el cán­cer.
  • Favo­re­ce la acción del com­ple­jo motor migra­to­rio (CMM), que es el encar­ga­do de “arras­trar y lim­piar” (como una esco­ba) los res­tos ali­men­ta­rios del sis­te­ma diges­ti­vo y evi­tar el sobre­cre­ci­mien­to de bac­te­rias.
  • Pue­de mejo­rar diver­sos fac­to­res de ries­go pre­sen­tes en enfer­me­da­des car­dio­vas­cu­la­res como por ejem­plo: reduc­ción de la pre­sión arte­rial, reduc­ción de los tri­gli­cé­ri­dos en san­gre, dis­mi­nu­ción del coles­te­rol total y prin­ci­pal­men­te del coles­te­rol LDL y reduc­ción de los mar­ca­do­res infla­ma­to­rios.

El hecho de hacer ayuno inter­mi­ten­te no es solo dejar de comer duran­te un tiem­po deter­mi­na­do, sino que debe ir acom­pa­ña­do de una die­ta per­so­na­li­za­da y enfo­ca­da en los obje­ti­vos que estas bus­can­do, por eso mi prin­ci­pal reco­men­da­ción es que te ase­so­res con un pro­fe­sio­nal, que en este caso es un die­­ti­s­­ta-nutri­­cio­­ni­s­­ta que será quien te pau­ta la ali­men­ta­ción ade­cua­da siem­pre pen­san­do en tu esta­do de salud.

Tipos de ayuno intermitente

Un desa­yuno equi­li­bra­do.

Los tipos de ayuno inter­mi­ten­te son varia­dos y lo reco­men­da­ble es empe­zar siem­pre por perio­dos de tiem­po cor­tos.

El ayuno 12/12

Es el más sen­ci­llo de rea­li­zar y es por el que se reco­mien­da comen­zar esta estra­te­gia nutri­cio­nal, para ir poco a poco aumen­tan­do el tiem­po de ayuno.

Lo más reco­men­da­ble es apro­ve­char las horas de sue­ño para el ayuno, de mane­ra que si cenas a las 20:00, tu desa­yuno podría ser a las 8:00.

Ayuno 16/8

En este caso, el méto­do es idén­ti­co al ante­rior, sim­ple­men­te amplia­mos la ven­ta­na de ayuno duran­te 16h, por lo que se redu­ce el tiem­po en el que pode­mos tomar ali­men­tos a 8h úni­ca­men­te.

Ayuno 20/4

Una varian­te más del mis­mo méto­do, pero más estric­to que los ante­rio­res, pues­to que la ven­ta­na de inges­ta ali­men­ta­ria se res­trin­ge a tan solo 4 horas al día.

Una comi­da al día

En esta oca­sión, solo se pue­de rea­li­zar una comi­da a lo lar­go del día, cada per­so­na eli­ge cuál rea­li­za, por ejem­plo, si hoy comes al medio­día, vas a man­te­ner el ayuno has­ta el día siguien­te al medio­día.

Ayuno inter­mi­ten­te 5:2:

Esta varian­te de ayuno fue pre­sen­ta­da en el libro The Fast­Diet, del Dr. Michael Mos­ley y se ha con­ver­ti­do en uno de los méto­dos de ayuno más popu­la­res. Como indi­ca su nom­bre, la idea es comer 5 días a la sema­na de mane­ra nor­mal y prac­ti­car dos días de ayuno, y la dis­tri­bu­ción de los días pue­de ser a tu elec­ción. No obs­tan­te, los días de ayuno no es una res­tric­ción estric­ta, sino que se podrá rea­li­zar una inges­ta de has­ta 500 calo­rías, ya sea en una sola comi­da o repar­ti­das a lo lar­go del día.

Ayuno en días alternos

Un bati­do ver­de.

Este plan­tea­mien­to se rige por las mis­mas reglas que el ante­rior, el día que se ayu­na se pue­den tomar has­ta 500 kcal, pero en este caso, se rea­li­za un día sí, un día no, por lo tan­to en una sema­na se come­rá de for­ma nor­mal un pro­me­dio de 3 días úni­ca­men­te.

Como pue­des obser­var, hay mul­ti­tud de varian­tes para lle­var una die­ta de ayuno inter­mi­ten­te, pero si quie­res comen­zar con un régi­men de este esti­lo, no olvi­des con­sul­tar a un nutri­cio­nis­ta pro­fe­sio­nal, ya que es quien super­vi­sa­rá tu ali­men­ta­ción para que no cai­gas en nin­gún défi­cit nutri­cio­nal o en mayo­res pro­ble­mas de salud.

Efectos perjudiciales del ayuno intermitente

Vol­vien­do a recor­dar que siem­pre se debe hacer bajo super­vi­sión médi­ca o de tu nutri­cio­nis­ta, cabe des­ta­car que el ayuno inter­mi­ten­te pue­de cau­sar efec­tos inde­sea­dos como:

  • Irri­ta­bi­li­dad y ansie­dad.
  • Can­san­cio extre­mo.
  • Difi­cul­tad de con­cen­tra­ción.
  • Tras­tor­nos del sue­ño.
  • Dolo­res de cabe­za
  • Tras­tor­nos ali­men­ti­cios
  • Des­hi­dra­ta­ción.
  • Defi­cien­cias nutri­cio­na­les.
  • Pér­di­da de masa magra.
  • Tras­tor­nos esto­ma­ca­les y estre­ñi­mien­to.
  • Pue­de ser el deto­nan­te de tras­tor­nos de la con­duc­ta ali­men­ta­ria.
  • Caren­cias nutri­cio­na­les
  • Hipo­glu­ce­mias

Por eso, ya te ima­gi­na­rás que el ayuno inter­mi­ten­te no está reco­men­da­do para todas las per­so­nas. De esta mane­ra, no esta­rá indi­ca­do en:

  • Muje­res emba­ra­za­das o lac­tan­tes, pues­to que duran­te estos perio­dos los reque­ri­mien­tos de ener­gía son mayo­res.
  • Per­so­nas que sufren de ansie­dad
  • Per­so­nas con insom­nio o tras­tor­nos del sue­ño.
  • Per­so­nas que han sufri­do tras­torno de la ali­men­ta­ción.
  • Per­so­nas que sufren cual­quier pato­lo­gía en la que se con­tra­in­di­que el ayuno.

Toda­vía nece­si­ta­mos tener más cono­ci­mien­tos de los efec­tos del ayuno inter­mi­ten­te en nues­tra salud, por lo tan­to, no pode­mos dar un vere­dic­to defi­ni­ti­vo sobre la segu­ri­dad de esta prác­tica, pero lo que sí pode­mos afir­mar con segu­ri­dad es que si deseas empe­zar con una die­ta con el ayuno como estra­te­gia, no lo hagas nun­ca sin la super­vi­sión de un pro­fe­sio­nal. Bus­ca un nutri­cio­nis­ta de con­fian­za que te ase­so­re y valo­re si pue­des o no rea­li­zar­la, que te pau­te como hacer­lo y que te acom­pa­ñe en el pro­ce­so.

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