Nozomi

Una porción de Tokio en Valencia

San­tos Ruiz

Cru­zas la puer­ta de Nozo­mi y sien­tes el aura de los ver­da­de­ros res­tau­ran­tes japo­ne­ses. Esos que te pue­des encon­trar en cual­quier calle­jue­la per­di­da de Tok­yo u Osa­ka, que no apa­ren­tan nada pero te rega­lan un fes­tín de emo­cio­nes. Nozo­mi tie­ne el mis­mo ambien­te de relax, los mis­mos mate­ria­les orgá­ni­cos y esa mis­ma for­ma de ser­vir, siem­pre ama­ble pero un tan­to dis­tan­te, tan común en la cul­tu­ra nipo­na.

Sólo el tama­ño del come­dor los des­mar­ca de lo que podría ser un res­tau­ran­te cual­quie­ra en Japón. Allí son fre­cuen­tes los res­tau­ran­tes para 8 o 10 per­so­nas y cuan­do la capa­ci­dad es mayor sue­le repar­tir­se en peque­ños come­do­res. José Miguel Herre­ra y Nuria Morell cono­cen muy bien Japón. Via­jan allí cada año para reen­con­trar­se con una cul­tu­ra que los tie­ne total­men­te sedu­ci­dos. Por eso los pla­tos de aquí se pare­cen tan­to a los de allí: el nigui­ri de hue­vas de sal­món, el sha­si­mi de pez limón, la ensa­la­da de waka­me… a veces las pre­sen­ta­cio­nes tie­nen un pun­to más sofis­ti­ca­do de lo que se acos­tum­bra en Japón y a veces se cue­la algún ingre­dien­te local, pero nadie podrá negar que esté es uno de los res­tau­ran­tes más genui­na­men­te japo­nés de Espa­ña. José y Nuria creen en lo que hacen. Aquí nada es impos­ta­do. Han asu­mi­do los valo­res de la cul­tu­ra nipo­na: el res­pe­to sagra­do a los demás, el amor por los deta­lles y el cul­to a la tra­di­ción.

Esta crí­ti­ca se publi­có en la edi­ción en papel del Alma­na­que Gas­tro­nó­mi­co de la Comu­ni­dad Valen­cia­na 2020.