Valencia se aficiona a las ostras

Rogies Gourmet y Japofish ofrecen una cata del molusco con vinos de Bodegas Gandía

La empre­sa valen­cia­na Rogies Gour­met, que diri­ge Sal­va­dor Pelli­cer, es la impor­ta­do­ra ofi­cial de las famo­sas ostras fran­ce­sas Gillar­deau en Espa­ña. Sí, la que gra­ba con láser cada molus­co con su emble­má­ti­co logo para evi­tar fal­si­fi­ca­cio­nes e impor­ta­cio­nes ile­ga­les y ase­gu­rar al clien­te que va a degus­tar una autén­ti­ca joya gas­tro­nó­mi­ca.

Si Rogies es el impor­ta­dor, Japo­fish es uno de los más impor­tan­tes dis­tri­bui­do­res de estas pie­zas úni­cas, ade­más de sumi­nis­trar pes­ca­do fres­co y maris­co des­de hace más de 25 años. Las dos com­pa­ñías ofre­cie­ron este miér­co­les una cata de sus pie­zas en El Pal­mar, en el res­tau­ran­te Nou Racó.

El vino Bobal Rosa de Bode­gas Vicen­te Gan­día.

Los vinos para acom­pa­ñar fue­ron los boba­les, blan­co y rosa­do de Bode­gas Vicen­te Gan­día, desa­rro­lla­dos por el enó­lo­go Pepe Hidal­go, direc­tor téc­ni­co de la bode­ga. Bobal Rosa by Pepe Hidal­go y El Mira­cle Nº 5 Rosé, son los dos vinos rosa­dos triun­fa­do­res en Inter­na­tio­nal Wine and Spi­rits Com­pe­ti­tion (IWSC) cele­bra­do en el Rei­no Uni­do y en el Con­co­urs Mon­dial de Bru­xe­lles, dos de los even­tos de vino más pres­ti­gio­sos a nivel inter­na­cio­nal.

Las ostras Gillar­deau se crían duran­te más de tres años en Maren­nes Olé­ron, Nor­man­día e Irlan­da des­de hace cua­tro gene­ra­cio­nes. Gillar­deau, pro­duc­tor de ostras con más par­ques de Fran­cia, colo­ca pocas ostras por malla para que pue­dan ali­men­tar­se y cre­cer. En ellas, los molus­cos per­ma­ne­cen sumer­gi­dos duran­te más de tres años, según las mareas, en aguas ricas en fito­planc­ton, base de su ali­men­ta­ción.

Duran­te todo el perio­do, Gillar­deau cui­da­da cada ostra, con giros de las mallas, reti­ra­da de con­chas. Son nece­sa­rias más de 60 mani­pu­la­cio­nes y el cam­bio a otros par­ques de ostras para su afi­na­do final.

Las ostras deben com­prar­se vivas y cerra­das, como el res­to de los bival­vos. Cuan­do se abren tie­nen que estar lle­nas de agua y oler a mar. Ante la difi­cul­tad para el pro­ce­so de abrir una ostra, en la actua­li­dad se ven­den ostras abre fácil, que per­mi­ten, con una peque­ña inci­sión en el late­ral, abrir la ostra sin pro­ble­mas.

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