La Principal

Cocina de Mercado

Camino de la barra de La Prin­ci­pal

  • VALENCIA

  • Calle Polo y Pey­ro­lón, 5 (cer­ca del cam­po de Mes­ta­lla).

  • 963 606 348

  • laprincipalrestaurante.es

  • Abre de lunes a sába­do de 13:30 a 16 horas y de 20:30 a 00:30 horas. Cie­rra el mar­tes por la noche, y el domin­go y los fes­ti­vos todo el día.

  • Pre­cio medio 40/50 €

Del arte del tapeo a la comida de producto

Juan Lagar­de­ra

Jomi, el bar Naza­rio, Joma, la míti­ca cafe­te­ría Frank­furt en la Gran Vía valen­cia­na, La Pila­ri­ca, Mar 27, Ara­gón 58, Sue­cia 15, Komo­ri en el hotel Wes­tin, Hocho… o La Prin­ci­pal. Todo empe­zó con una fami­lia de tres her­ma­nos varo­nes que vinie­ron a Valen­cia des­de Tere­sa de Cofren­tes en ple­na ado­les­cen­cia y deci­die­ron dedi­car­se a la hos­te­le­ría sin tener ni idea de la mis­ma, y en una épo­ca caren­te de casi todo. Lue­go fun­da­ron toda esa retahí­la de loca­les, uno tras otro, jun­tos y por sepa­ra­do, de su gene­ra­ción y ya de la siguien­te. Cons­ti­tu­yen toda una saga, los Hon­ru­bia, dedi­ca­dos en cuer­po y alma a su clien­te­la hace 60 años. No son sim­pá­ti­cos, ni comer­cia­les. Per­te­ne­cen a la Valen­cia del inte­rior, más seve­ra y orde­na­da. Y tie­nen pasión por la leal­tad, la lim­pie­za y la hones­ti­dad. No se andan con zala­me­rías ni con dis­cur­sos. Lo suyo es tener buen pro­duc­to, coci­nar­lo con sen­ci­llez y efi­ca­cia, tener una bue­na plan­ti­lla de pro­fe­sio­na­les a los que fide­li­zan y dejar que la comi­da sea su mejor cam­pa­ña de már­que­tin.

Rafael Hon­ru­bia es el mediano de los tres her­ma­nos, padre de Nacho que un buen día se ena­mo­ró de la coci­na japo­ne­sa del pes­ca­do, de lo cru­do y las fer­men­ta­cio­nes. Rafael hace tiem­po que es emé­ri­to de esta pro­fe­sión. No sé si toda­vía es él quien deam­bu­la por las pes­ca­de­rías del Mer­ca­do Cen­tral en bus­ca de la com­pra, pero tie­ne pin­ta de que sí, de no dele­gar en nadie el con­trol del pro­duc­to. En espe­cial de la sepia, segu­ra­men­te de callo marro­quí, que es la mejor para coci­nar­la con mayo­ne­sa.

Sepia de callo con mayo­ne­sa.

Este pla­to ha segui­do a los Hon­ru­bia duran­te déca­das. Es una de las mejo­res sepias que se pue­dan degus­tar sino la mejor. Fir­me que no blan­den­gue, pero tam­po­co dura, con la coc­ción pre­via jus­ta, sin abu­sar de la sal, ser­vi­da a la tem­pe­ra­tu­ra ade­cua­da y con una mayo­ne­sa más bien neu­tra para no aho­gar el sabor del cefa­ló­po­do. For­mi­da­ble. La tapa estre­lla en La Prin­ci­pal, don­de vive Rafael Hon­ru­bia en una esqui­na de la barra, sin aco­dar­se nun­ca. Acti­vo.

Todos los días hay nove­da­des de mer­ca­do al modo de un bis­tró, pero bási­ca­men­te mari­ne­ro. Todo tipo de setas (que hacen a la plan­cha como nadie), de maris­co, de ver­du­ras en tem­po­ra­da como las alca­cho­fas de gran por­te, las flo­res de cala­ba­cín o las pipa­rras… Y casi todos los días al medio­día y las noches de los fines de sema­na, está prác­ti­ca­men­te lleno. La Prin­ci­pal, que empe­zó en un nue­vo barrio de Valen­cia, cer­ca del Mes­ta­lla, en las pas­ti­llas que pro­mo­cio­nó la Caja de Aho­rros en los 80, se ha con­ver­ti­do con los años en un san­tua­rio del pro­duc­to, y del tapeo, a pesar de la aver­sión de los valen­cia­nos capi­ta­li­nos a comer en una barra para sen­tar­se siem­pre en torno a una mesa.

Pipa­rras y orti­gui­llas en tem­pu­ra.

Aun­que de bis­tró cam­bian­te tie­ne una de sus apa­rien­cias, hay mucho más aquí. De hecho, la car­ta de La Prin­ci­pal se eter­ni­za. Amén de la legen­da­ria sepia, Hon­ru­bia siem­pre dis­po­ne de un fes­ti­val de pla­tos para el tapeo: cro­que­tas, cala­mar, buñue­los de baca­lao, chi­pi­ro­nes, viei­ras, la con­ce­sión anda­lu­za al cazón rebo­za­do, la can­tá­bri­ca con sus anchoas y la inter­na­cio­nal dedi­ca­da al cevi­che y al tata­ki de atún. Hay mon­ta­di­tos para los que se dejan caer a la hora de almor­zar o sim­ple­men­te rema­tan una cena colec­ti­vi­za­da de racio­nes entre ami­gos.

Quien quie­ra maris­co lo tie­ne. La mejor ostra del mun­do, la Gui­llar­deau media­na, sin más adi­ta­men­tos. Y canaí­llas que me vuel­ven loco, telli­nas y quis­qui­lla. El jamón ibé­ri­co es Quer­cus (un ser­vi­dor pre­fie­re otros, pero ese es un tema muy sub­je­ti­vo). Hay sala­zo­nes y un buen sur­ti­do de ensa­la­das y ensa­la­di­llas. La rusa es muy bue­na, y la burra­ta, pero en ese pun­to de ofer­ta en frío, el mejor pla­to y más ori­gi­nal de La Prin­ci­pal es, sin duda, el tar­tar de toma­te (ita­liano, dice en la car­ta, de Coli­na). Es indis­pen­sa­ble pro­bar­lo cuan­do lle­ga el buen tiem­po.

Tar­tar de toma­te.

En el capí­tu­lo de pes­ca­dos andan poten­tes. No he pro­ba­do sus pil­pi­les (que sir­ven con baca­lao y con coco­chas de mer­lu­za), pero sí la lubi­na (exce­len­te), y un rémol (la ver­sión medi­te­rrá­nea del roda­ba­llo, más sabro­so, aun­que con menos gela­ti­na) fres­quí­si­mo y coci­na­do con sol­ven­cia. De gra­mí­neas y car­nes tam­bién van ser­vi­dos, has­ta seis varie­da­des de arro­ces entre cal­do­sos y secos, y has­ta diez posi­bi­li­da­des car­ní­vo­ras pre­sen­tan en la car­ta. Todos los días entre sema­na hay pla­to de cucha­ra dife­ren­te –con devo­ción por el gaz­pa­cho man­che­go de los jue­ves, a la ayo­ri­na de sus raí­ces–, y en tem­po­ra­da de verano tam­bién pro­po­nen la cal­de­re­ta de lan­gos­ta, no tan pecu­liar como las baleá­ri­cas, pero igual­men­te bue­na.

Cal­de­re­ta de lan­gos­ta medi­te­rrá­nea.

Rémol con ver­du­ras.

He aquí el secre­to de Rafael Hon­ru­bia, esca­pa­do del pelo­tón. Siem­pre da bien de comer, siem­pre tie­ne alter­na­ti­vas, nun­ca defrau­da y siem­pre deja satis­fe­chos a sus clien­tes. No obnu­bi­la ni sobre­car­ga, des­de lue­go. Pero ade­más de ser jus­to con los pre­cios y tener un ser­vi­cio impe­ca­ble cuen­ta con una bode­ga nota­ble. Aquí se pue­de venir a comer cual­quier día, y de segui­do, y nun­ca se abu­rri­rán.

Últi­ma visi­ta rea­li­za­da el pasa­do 15 de noviem­bre de 2023

Pin­char en las imá­ge­nes para ver­las amplia­das y en carru­sel.

Suscríbete al boletín

Noti­cias, crí­ti­cas de res­tau­ran­tes, catas de vinos y acei­tes, etc.