Barra del mesón Maigmó.
Un mesón de carretera de calidad
Ángeles Ruiz
Pocos establecimientos ofrecen la posibilidad de comer en barra, en mesa con vistas o en terraza. En los tres espacios se disfruta de igual manera. Este establecimiento que calificamos de lujo, por su decoración atípica para un mesón de carretera y por la calidad y variedad de productos que ofrece, es un oasis en el desierto. Se encuentra cerca de una estación de servicio y, sin embargo, el espacio es agradable. Respiramos aire puro gracias a que se sitúa a pie de arboleda. No hay problemas de aparcamiento, tiene un horario amplio y no cierra los lunes.
La barra siempre está concurrida. Los viajeros que van con prisa se limitan a un almuerzo a base de tapas más sencillas y económicas como: torrezno, pericana, tomate con capellán a la brasa, montaditos, salazones, encurtidos, patatas con su mortero de alioli. También disponen de carta de bocadillos y de brasas para dar cuenta de unas chuletitas de cordero, lomo de cerdo o embutido que se puede acompañar de huevos fritos y patatas. Pero hay otra oferta más excelsa: almejas de carril, quisquillas, gambas, cigalas y ostras francesas n1, cañaillas, berberechos y navajas.
En mesa el repertorio es variado. La carne, chuletón de vaca rubia gallega, la sirven en piedra caliente y los pescados, piezas de calibre y frescura, se exhiben en una vitrina.
Los arroces suelen estar bien ejecutado, como sucede con el Maigmó (conejo, caracoles y setas) el Peña Roja (perdiz roja y caracoles serranos) o el elaborado al horno (costilla y embutidos).
Una modalidad que no encontramos frecuentemente en los restaurantes de esta zona, son los fideus Rosejat (nº 1), que preparan con langosta. Cabe la posibilidad de convertir algunos arroces en fideuá. Nuestro preferido es el pato desmigado con foie y alcachofas, muy gustoso.
La oferta es interminable (cochinillo asado, paletilla de cabrito, bacalao al pil-pil, jabalí en civet, perdiz en escabeche, setas en temporada, caracoles…) Tanta variedad podría generar sospechas sobre la frescura de los alimentos, sin embargo, la alta rotación de público que recibe este restaurante a diario, y los más de 40 años que llevan funcionando, la disipan rápidamente.
Tras la comida un agradable paseo que remata en el embalse de Tibi, construido sobre el río Monnegre, uno de los más antiguos en funcionamiento de Europa.
Crónica de visita realizada el día 28 de agosto de 2023. Visita anterior el 16 de junio de 2023.
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