Ma Khin Café

Stephen Ander­son en su coci­na.

  • Valen­cia

  • Mer­ca­do de Colón

  • 963 528 132

  • Abre de lunes a jue­ves de 13:00h a 17:00h y de 20:00h a 23:30h. Vier­nes y sába­dos de 13:00h a 17:00h y de 20:00h a 00:00h. Domin­gos de 13:00h. a 17:00h.

  • Pre­cio medio: entre 40 y 60 euros.

Cosmopolitismo asiático en el corazón de Valencia

Ser­gio Car­bó

Para tra­tar de apro­xi­mar­se a una com­pren­sión cabal de la pro­pues­ta gas­tro­nó­mi­ca impe­ran­te en Ma Khin Café es impres­cin­di­ble abor­dar la figu­ra de Stephen Ander­son, un lon­di­nen­se de raí­ces asiá­ti­cas, cul­to, refi­na­do, con mucha mun­do­lo­gía a sus espal­das y un com­pro­mi­so inque­bran­ta­ble con su tra­ba­jo. “Nues­tras socie­da­des evo­lu­cio­nan gra­cias al encuen­tro con el otro –ase­gu­ra el pro­pio Ander­son– por­que eso es algo que nos ayu­da a empa­ti­zar, a enten­der lo que ocu­rre en otros luga­res, en otras cul­tu­ras, y a mí me intere­sa fomen­tar ese encuen­tro entre lo dife­ren­te tam­bién en el ámbi­to de la coci­na”. Sus pala­bras, como decla­ra­ción de prin­ci­pios, resul­tan impe­ca­bles, pero es que, en su caso, lle­van apa­re­ja­do ade­más el méri­to aña­di­do, y nada menor, de haber logra­do sor­tear con éxi­to ese esco­llo tan difí­cil con el que cho­can a menu­do las mejo­res inten­cio­nes cuan­do la fal­ta de peri­cia y mesu­ra con­du­cen a las siem­pre ries­go­sas aven­tu­ras de las fusio­nes culi­na­rias a nau­fra­gar en los abis­mos de la mera con­fu­sión.

Por for­tu­na, no es esto últi­mo lo que suce­de en Ma Khin Café ni lo que suce­día en el recor­da­do Seu Xerea, el pri­mer res­tau­ran­te que Stephen Ander­son abrió en Valen­cia hace casi tres déca­das, sino jus­to lo con­tra­rio; por­que el secre­to de este coci­ne­ro, inquie­to y curio­so por natu­ra­le­za, radi­ca en que, más allá de plan­tea­mien­tos teó­ri­cos, pri­vi­le­gia ante todo el sabor, esa ver­dad últi­ma que con­fie­re carác­ter a un pla­to, al tiem­po que aca­ta la esen­cia iden­ti­ta­ria de sus orí­ge­nes. Dicho de otro modo más sen­ci­llo: Ander­son y su per­so­nal de coci­na, roda­do y com­pe­ten­te, dan muy bien de comer y, ade­más, sabes en todo momen­to lo que te estás lle­van­do a la boca sin nece­si­dad de mayo­res elu­cu­bra­cio­nes. Hay ver­dad en su coci­na.

En lo fun­da­men­tal, y por enci­ma de cual­quier otra con­si­de­ra­ción, Ma Khin –que es el nom­bre de su bisa­bue­la a la que rin­de así tri­bu­to– es un res­tau­ran­te asiá­ti­co, y más con­cre­ta­men­te oriun­do del Sudes­te asiá­ti­co, que es todo un mun­do en sí mis­mo den­tro de la vas­ta e inabar­ca­ble com­ple­ji­dad del Orien­te gas­tro­nó­mi­co. Así, sus pla­tos se vis­ten a menu­do de esas exu­be­ran­cias gus­ta­ti­vas de tras­fon­do flo­ral tan habi­tua­les en aque­llas tie­rras, mien­tras que los flir­teos con la fusión están per­fec­ta­men­te dosi­fi­ca­dos, sue­len ceñir­se a la inclu­sión de cier­tos pro­duc­tos de la des­pen­sa medi­te­rrá­nea o atlán­ti­ca que no des­en­to­nan y res­pe­tan la auten­ti­ci­dad de fon­do que otor­ga sen­ti­do a la casa.

Una bio­gra­fía nove­les­ca

El ate­rri­za­je de Stephen Ander­son en Valen­cia a media­dos de los años 90 del pasa­do siglo es la con­se­cuen­cia, en últi­mo tér­mino, de una bio­gra­fía fami­liar nove­les­ca que reco­rre Bir­ma­nia, la India, Gales, Ingla­te­rra…, un tra­yec­to apa­sio­nan­te pro­duc­to de la his­to­ria colo­nial que podría fir­mar el mis­mí­si­mo Rud­yard Kipling y cuyos múl­ti­ples ava­ta­res exce­den los pro­pó­si­tos y dimen­sio­nes de esta cró­ni­ca. Los intere­sa­dos en cono­cer esa aven­tu­ra pue­den adqui­rir el muy reco­men­da­ble libro escri­to por el pro­pio Stephen y su her­ma­na Brid­get en una edi­ción bellí­si­ma y muy cui­da­da que se ven­de en el mis­mo res­tau­ran­te.

Sin­te­ti­zan­do su par­ti­cu­lar iti­ne­ra­rio se pue­de des­ta­car que Ander­son se licen­ció en Físi­ca por la Uni­ver­si­dad ingle­sa de Bath y ejer­ció des­pués como pro­fe­sor de esa mate­ria, aun­que des­de muy peque­ño se sin­tió fas­ci­na­do por la con­tem­pla­ción de su madre y su abue­la, ambas exce­len­tes coci­ne­ras, tra­ji­nan­do en los fogo­nes. Aque­lla curio­si­dad infan­til se fue trans­for­man­do en un entu­sias­mo pro­gre­si­vo que ter­mi­nó por impo­ner­se has­ta el pun­to de des­pla­zar su carre­ra como docen­te. Veló armas duran­te su for­ma­ción pro­fe­sio­nal con Alis­tair Little, uno de los más renom­bra­dos expo­nen­tes de la coci­na bri­tá­ni­ca moder­na, y fue en su res­tau­ran­te don­de adqui­rió téc­ni­ca, ofi­cio y expe­rien­cia, lo cual, uni­do a la heren­cia de sabo­res asiá­ti­cos trans­mi­ti­dos por la rama mater­na de la fami­lia, le pro­por­cio­nó una base sufi­cien­te­men­te sóli­da para empren­der un camino pro­pio que, por una seria de casua­li­da­des, ter­mi­nó desem­bo­can­do en Valen­cia.

Aho­ra des­plie­ga todo su saber, todo su cono­ci­mien­to y amplio regis­tro, en Ma Khin Café, un local coque­to de aire infor­mal ubi­ca­do en los bajos del mer­ca­do de Colón, esa joya del moder­nis­mo valen­ciano de eflu­vios hor­tí­co­las. Ha sabi­do rodear­se de un equi­po de gen­te impli­ca­da y capaz que sabe man­te­ner un buen rit­mo de ser­vi­cio sin per­der la son­ri­sa, inclu­so con el come­dor lleno, y con­si­gue hacer gra­ta la estan­cia. En Ma Khin Café se ponen de relie­ve las mejo­res cua­li­da­des de Stephen Ander­son, un cos­mo­po­li­ta que derro­cha savoir fai­re sin caer jamás en las ten­ta­cio­nes del esno­bis­mo.

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