Carlos López
Con los principios de la naturaleza y el espíritu de Japón, la historia de Suntory comienza con la era Meiji, durante la cual el país empezó a abrirse a las influencias de Occidente. Su fuente de inspiración fue la sofisticación de los vinos y espirituosos europeos, que destacaban por su gran riqueza cultural, rituales y saber hacer. En lugar de depender de los vinos ya existentes, el emperador Mutsuhito (Meiji) alentó a aprender a combinar vinos para producir un sabor adaptado al sutil paladar japonés. Desde Osaka, la casa Suntory, que empezó siendo una tienda de vinos importados, promovió mezclas y combinaciones de sabores y aromas, lo que le llevó a desarrollar una gran habilidad como artesano del licor, y de ahí pasó a mezclar licores importados, además de elaborar espirituosos japoneses por excelencia para la gente del país nipón. Su gran sueño consistía en producir un auténtico whisky japonés.
Suntory, años después (de la mano de Shinjiro; conocido como el creador del whisky japonés a principios del siglo XX) había creado un whisky acorde al gusto del paladar japonés que se convirtió en el símbolo del arte de ensamblaje House Of Suntory. Un arte perfeccionado a través del “espíritu de Japón” que consiste en la búsqueda incansable de la perfección, la meticulosa atención al detalle y el compromiso de calidad.
Con esta introducción, mi querido Xiangqing Huang (conocido cariñosamente como Chino Juan) del restaurante Beniasia en Benitatxell, abre sus puertas a Roberto Torres (gestor comercial del grupo Beam Suntory), para realizar la única cata que destilados Suntory hará este año en la bodega Beniasia. Fuimos dieciocho afortunados los que tuvimos la oportunidad de acudir a esta única cata en la que pudimos degustar una selección de destilados, todos ellos inspirados en los whiskys escoceses: Roku Gin, Toki, Hakushu, Yamazaki 12 años e Hibiki.
Roberto Torres oficio la cata con criterio, rigor y distensión, procurando que los “catadores” escucharan, saborearan, probaran con atención y preguntaran cuestionando los distintos tipos de destilados, para intuir y apreciar sus cualidades, impresiones y, por qué no, puntuación o en todo caso predilección. Torres está lleno de oficio y empatía, ofreciendo cercanía y entendibilidad a la hora de atender a una cata de estas características, que resulta un tanto profunda y compleja.
En todo caso, lo que se pudo palpar fue alegría, ilusión y simplemente disfrute sin necesidad de mirar el tiempo, en un ambiente repleto de seriedad, atención y enigma que el representante de Suntory supo llevar orgulloso y de manera atemporal. La cata consistió en:
Roku Gin. Ginebra cítrica y floral, yuzu (cítrico) junto con notas florares de Sakura. En el fondo las notas herbales de los tés. Complejidad en diferentes capas a las que no estamos acostumbrados. Excesivamente suave y de textura sedosa, aunque con un largo final con notas picantes de pimienta. Diferente a nuestro registro de ginebra.
Toki. Significa “tiempo” en japonés. Quiere representar lo antiguo y lo nuevo. En boca encontramos albahaca, manzana verde, miel, con tonalidades de pomelo, uva verde, menta y tomillo. Acabado sutilmente dulce y especiado con un toque de roble. Falta algo de evolución.
Hakushu. Añejamiento en barricas de roble americano blanco. En boca encontramos menta, melón, yuzu, pomelo, todo ello ligeramente ahumado. Hakyshu Distiller’s Reserve es la innovación que utiliza malta ligeramente turbada combinada con barricas de roble.
Yamazaki 12 años. Añejamiento en barricas de Jerez y barricas Mizunara. En boca encontramos aromas de fruta madura, vainilla y aromas ocultos que evolucionan en el propio destilado. Es el whisky single malt más vendido en Japón y el whisky japonés más vendido en el mundo.
Hibiki. Añejamiento en diferentes barricas. En boca encontramos flor blanca, mieles, naranja, resultando complejo y sutil.
Por su parte Juan, a mi lado, llevaba las riendas en silencio; esta labor compleja, fiel reflejo de la cultura oriental japonesa (y china). Para Juan cada botella supone una gran experiencia cultural, un peregrinaje, esperando a ser descubierta por todo el mundo. De ahí su gran labor divulgadora a la par que comercial, con el mismo espíritu aventurero de Shinjiro (creador del whisky japonés) y su filosofía de yatte minahare (que quiere decir, “a por ello”), desafiando las costumbres del mercado y ofreciendo al mundo bebidas innovadoras y de calidad. Juan es el espejo de la filosofía de la casa Suntory: consiste en la búsqueda incansable de la perfección, la meticulosa atención al detalle y el compromiso de calidad.
Mi querido amigo y gourmet Javier Vela, me hace siempre la misma observación; no hables así de los lugares que nos gusta, que un día no tendremos sitio. Y no con falta de criterio, puede ser que llegue ese día, mientras tanto disfrutemos de la adaptación al sutil paladar japonés.
La cata Suntory tuvo lugar el 23 marzo de 2024.
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