Preparación de la leña para la elaboración de los arroces.
En el podio de los arroces con conejo y caracoles
Ángeles Ruiz
El arroz con conejo y caracoles es una de las señas de identidad gastronómica de las comarcas del Vinalopó alicantino. Durante años Paco Gandía y el restaurante Elías dividieron a los gourmets de la zona entre los que se decantaban por uno o por otro. Con el cierre por jubilación de Josefa y de Paco Gandía, el restaurante Elías, fundado por Elías Rodríguez y Antonia Abad en 1984, ha pasado a ocupar el primer puesto del podio sin competencia. Es de los pocos, por no decir el único, que elabora un arroz con conejo y caracoles con leña de sarmiento a la vista del comensal. Las brasas, el fuego hipnótico, el humo y la colección de paellas de todos los tamaños desgastadas por el uso, se dejan ver gracias a una reforma que ha pasado por acristalar la cocina. Una suerte de voyeurismo gastronómico muy seductor.
Los aperitivos son sencillos, emplean buena materia prima que apenas intervienen, no la maltratan. La comida comienza siempre con pan tostado con alioli y un tomate confitado casero delicioso. Los embutidos de la zona no faltan en la mesa. Después llega la ensalada de rúcula, encurtidos, rábanos y bonito en semi salazón. Los entrantes también resultan sencillos, llegan desnudos, sólo acompañadas del toque de sal o aceite, como los chipironcitos, el pulpo que preparan a la brasa o las setas de temporada. También ofrecen unos caracoles serranos a la brasa o una gachamiga, que con acierto, sirven en dos tamaños (grande o pequeño) lo que nos permite, si es que queremos llegar al arroz, solicitarla como aperitivo y no como plato principal.
Y al fin llega la estrella de la casa, el arroz con conejo y caracoles. En su punto, un grano no monta sobre otro, abundante de caracoles, con aroma a leña, bien condimentada. Existen otras opciones en carta como el arroz de verduras, los gazpachos de conejo, pichón y setas o las chuletitas a la brasa. Pero llegados hasta aquí, a la pedanía del Xinorlet, al menos en la primera visita, se impone decantarse por el arròs de ditet.
Los postres son caseros: leche frita, tarta de queso mascarpone, crep de manzana caramelizada, flan de turrón…
El restaurante, tras la reforma que lo transformó de casa de comidas a restaurante de diseño contemporáneo con toque rústico, con su comedor amplio y sus dos reservados, se ha convertido en una referencia para los empresarios de la zona, al punto que cierra los fines de semana.
Última visita 12/12 /2023