Enero es el mes de la trufa valenciana

Anna Reca­ta­là

Frío, sue­lo cali­zo, cier­ta alti­tud sobre el nivel del mar y un pH ade­cua­do. La tru­fa negra es una espe­cia exqui­si­ta, no cre­ce en cual­quier terreno y tam­po­co com­pla­ce a cual­quier pala­dar. Solo los más dis­tin­gui­dos encuen­tran en su inten­si­dad una explo­sión de sabor.

Con­si­de­ra­da como el oro negro de la gas­tro­no­mía, la tru­fa negra (Tuber mela­nos­po­rum) es un hon­go del tipo tubércu­lo que se encuen­tra cer­ca de las raí­ces de cier­tos árbo­les ‑como el roble o la enci­­na- y debi­do a la difi­cul­tad en su reco­lec­ción se extrae, des­de fina­les del siglo XIX, con el apo­yo de perros adies­tra­dos cuyo olfa­to es capaz de per­ci­bir el momen­to de madu­ra­ción ópti­mo, inclu­so estan­do bajo tie­rra.

En la actua­li­dad, la esca­sez de tru­fa sil­ves­tre debi­do a las con­di­cio­nes cli­ma­to­ló­gi­cas así como la alta deman­da en el sec­tor de la res­tau­ra­ción, han hecho que los tru­fi­cul­to­res fuer­cen su ger­mi­na­ción con injer­tos. Un pro­ce­so muy cos­to­so y una téc­ni­ca muy deli­ca­da que se ha ido per­fec­cio­nan­do con el tiem­po, expli­ca Miguel Sebas­tián, alcal­de de Andi­lla, un pue­blo de la comar­ca de Los Serra­nos que lle­va medio siglo aban­de­ran­do el lema «Pue­blo valen­ciano de la tru­fa».

«La sequía, los incen­dios y la fau­na han hecho que la tru­fa sil­ves­tre des­apa­rez­ca. Este últi­mo ele­men­to era muy impor­tan­te para su desa­rro­llo, pues­to que los ani­ma­les comían tru­fas y sus heces ger­mi­na­ban la tie­rra. Aho­ra cul­ti­va­mos un plan­tón infec­ta­do por el hon­go. Al cabo de apro­xi­ma­da­men­te cin­co años se labran una espe­cie de nidos en el sue­lo que hacen que la tru­fa se repro­duz­ca más. No es has­ta los ocho o diez años cuan­do el roble da su ver­da­de­ra pro­duc­ción»,  aña­de el alcal­de de la loca­li­dad.

Bode­gón de tru­fa negra.

 

Andilla, pueblo valenciano de la trufa

Por todos es sabi­do que las zonas de Teruel, Cas­te­llón, Hues­ca y Soria son las prin­ci­pa­les pro­duc­to­ras de tru­fa de la Penín­su­la, sien­do Sarrión, la loca­li­dad turo­len­se, la que enca­be­za el podio con el títu­lo de «Capi­tal espa­ño­la de la tru­fa negra». Pero es a par­tir de los años 80 cuan­do otro terri­to­rio entra en el mapa gra­cias a su bue­na loca­li­za­ción, cli­ma y a la curio­si­dad de algu­nos turis­tas de la zona, quie­nes des­cu­bren a los andi­llen­ses el teso­ro que escon­den sus tie­rras. «Mi padre fue el últi­mo alcal­de de la dic­ta­du­ra y el pri­me­ro de la demo­cra­cia. Obser­va­ba que venía gen­te de fue­ra, con­cre­ta­men­te de Léri­da. Venían con perros, salían por el mon­te y vol­vían con unas cosas que olían muy fuer­te, con un olor muy pecu­liar, y enton­ces empe­zó a pre­gun­tar. Le expli­ca­ron que eran tru­fas, cómo se extraían, le ense­ña­ron los luga­res, y lue­go se adhi­rió más gen­te del pue­blo. Actual­men­te el más anti­guo y exper­to del lugar es Ernes­to Enguí­da­nos», con­fie­sa Miguel.

Aho­ra una doce­na de habi­tan­tes ‑de los poco más de tres­cien­tos cen­sa­dos en la loca­li­dad de Andi­­lla- se dedi­can a la reco­lec­ción de tru­fa, aun­que no viven exclu­si­va­men­te de este nego­cio. Miguel Sebas­tián lamen­ta la situa­ción en nom­bre del Ayun­ta­mien­to y pone en mar­cha ini­cia­ti­vas para solu­cio­nar esta pro­ble­má­ti­ca. «Lo que pre­ten­de­mos es regu­la­ri­zar el mer­ca­do, ayu­dar a la aso­cia­ción, que se for­ma­li­ce más y que los tru­fi­cul­to­res pue­dan, con toda la regla­men­ta­ción opor­tu­na, con­se­guir un mejor nivel de vida o inclu­so vivir exclu­si­va­men­te de ello».

 

Más visibilidad para la trufa y los truficultores

Para poten­ciar jus­ta­men­te esto, des­de el Ayun­ta­mien­to de Andi­lla se orga­ni­za anual­men­te el Con­cur­so Gas­tro­nó­mi­co Valen­ciano de la Tru­fa de Andi­lla y la Feria Valen­cia­na de la Tru­fa de Andi­lla (FIVATRUF), que este año cele­bran su sex­ta y quin­ta edi­ción res­pec­ti­va­men­te.

El con­cur­so se lle­vó a cabo el pasa­do día 15 de enero en el edi­fi­cio Veles e Vents de La Mari­na de Valen­cia y la feria gas­tro­nó­mi­ca el 27 y 28 de enero en el recin­to ferial de La Poble­ta de Andi­lla. Ambos encuen­tros se orga­ni­zan con el obje­ti­vo de poner en valor la tru­fa de Valen­cia, que se reco­noz­ca este pro­duc­to de excel­sa cali­dad, así como a los tru­fi­cul­to­res que hacen posi­ble que la tru­fa de Andi­lla lle­gue a las mesas.

Car­tel de la V Feria Valen­cia­na de la Tru­fa de Andi­lla 2024.

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