Bernd H. Knöller. “A mis casi 60 años, la idea es que me divierta en la gastronomía”

 

“Hay que quitar de la gastronomía ese lujo, que es un poco rancio y que no invita a la gente joven”

Bernd H. Knö­ller es, entre muchas otras cosas que le hacen des­ta­car y bri­llar con luz pro­pia, el chef que más años lle­va reedi­tan­do la estre­lla Miche­lin en Valen­cia. 15 años ya en 2023. Por si fue­ra poco, en sep­tiem­bre cum­plió 20 años des­de su aper­tu­ra. Ale­mán de naci­mien­to, se ena­mo­ró de Valen­cia de una for­ma súbi­ta. Una pasión que per­ma­ne­ce intac­ta, a día de hoy, y que lo lle­va a que­rer mejo­rar cada día un poco más des­de su coci­na, ubi­ca­do en el barrio del Ensan­che.

¿Lle­va dos déca­das ya en el res­tau­ran­te Riff de Valen­cia, pero ¿cómo recuer­da aque­llos ini­cios?

Son casi tres déca­das por­que empe­cé en 1993 con El Ángel Azul y des­de 2001 en el Riff. Era un 10 de sep­tiem­bre, la vís­pe­ra del famo­so 11 de sep­tiem­bre, cuan­do abri­mos el Riff y el día des­pués todo cam­bia­ba. Yo tenía mucho inte­rés en cam­biar del Ángel Azul al Riff. La coci­na era cua­tro veces más gran­de y, lo más impor­tan­te para mí, fue que el Ángel Azul era un res­tu­ran­te que ya esta­ba mon­ta­do cuan­do yo lo cogí y el Riff lo mon­té yo con todas mis ideas y con toda mi ilu­sión.

Por qué se deci­dió un ale­mán como usted a abrir un res­tau­ran­te de alta coci­na aquí?

Al final era amor por la ciu­dad. Ade­más, hay otro pun­to impor­tan­te; mi cum­plea­ños es el 19 de mar­zo. Por eso, pen­sa­ba que era una bue­na señal, aun­que des­de enton­ces, prác­ti­ca­men­te, no he podi­do cele­brar en Valen­cia mi cum­plea­ños por­que la gen­te está siem­pre en otra cosa…

Qué ha sido y qué es toda­vía lo más gra­ti­fi­can­te de este ofi­cio tan noble que es dar de comer a los demás?

Me encan­ta dar de comer a la gen­te, me encan­ta ser crea­ti­vo. Pien­so que la coci­na medi­te­rrá­nea tie­ne muchas cosas de decir toda­vía por muchos años. Es un terreno muy gran­de, muy amplio y yo encan­ta­do de que ven­ga gen­te y que se vayan feli­ces con nues­tra comi­da y con el tra­to que les damos.

“Pien­so que la coci­na medi­te­rrá­nea tie­ne muchas cosas de decir toda­vía por muchos años”

¿Qué estáis hacien­do aho­ra en el Riff?

Para noso­tros siem­pre han sido muy impor­tan­tes los arro­ces. Siem­pre ser­vi­mos den­tro de los menús algún arroz. Últi­ma­men­te, entra­mos tam­bién en el tema de los arro­ces secos, lo hace­mos a nues­tra mane­ra, que es dife­ren­te, sin que­rer rom­per la tra­di­ción, usan­do las téc­ni­cas que se usan en Valen­cia, pero no ten­go pro­ble­mas en ver y cono­cer téc­ni­cas de otros paí­ses medi­te­rrá­neos. Eso influ­ye siem­pre en mi coci­na y segui­rá sien­do así.

La sala del restaurante Riff de Valencia.

La sala del res­tau­ran­te Riff de Valen­cia.

Qué cul­pa tie­nen chefs de refe­ren­cia como usted en aumen­tar la cali­dad de la car­ta de cada bar, de cada local?

En Valen­cia en los últi­mos diez años se ha movi­do mucho nues­tro sec­tor. En toda Euro­pa tam­bién se nota en las ciu­da­des este movi­mien­to de res­tau­ran­tes diga­mos, nor­ma­les, pero don­de se pue­de comer extra­or­di­na­ria­men­te bien. La mis­ma guía Miche­lin está hacien­do un cam­bio y cada vez hay más res­tau­ran­tes tal vez con menos estre­llas o menos lujo, pero con mucha cali­dad. Hay que qui­tar de la coci­na ese lujo que pue­de ser un poco ran­cio y no invi­ta a la gen­te joven. Me pare­ce muy nece­sa­rio que así sea.

“A mis casi 60 años, la idea es que me divier­ta en la gas­tro­no­mía”

¿Qué le pide Bernd a los pró­xi­mos 20 años?

Diver­sión. Sí, la idea es que me divier­ta en la gas­tro­no­mía. Saber que pue­do hacer muchas cosas dife­ren­tes. Yo voy a cum­plir 60 años ya, pero no me voy a jubi­lar. Hay que dejar cier­tas cosas a los jóve­nes, aun­que me pese, apren­der que este es mi tra­ba­jo para los pró­xi­mos años, don­de no gas­te tan­to ener­gía como estan­do direc­ta­men­te en los fogo­nes, pero saber en qué par­te y cómo pue­do apo­yar a mi res­tau­ran­te y a mi gen­te des­de otro pun­to que sea igual de impor­tan­te o inclu­so más que aho­ra. Es un apren­di­za­je que ten­go que hacer y que es duro.

 

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